viernes, 2 de abril de 2021


 

NO HAY MAL…

Tal vez no esté bien decirlo
pero la ausencia de bombos,
de santos y de trompetas
a mí me llena de gozo.

Y es que se estaba en Tudela
convirtiendo últimamente
la Semana Santa en algo
enojoso y estridente.

Porque habíamos pasado
de una sola procesión
con el Volatín y el Ángel
como digno colofón

a un sinnúmero de actos
a cual más escandaloso
y, para rizar el rizo,
importados casi todos.

De tal forma que en lo viejo
se armaba tal pejiguera
que en vez de Semana Santa
a veces parecían fiestas.

Que hasta con megafonía
han pasado procesiones
debajo de mi balcón
en algunas ocasiones.

Y pienso yo que si Dios
dicen que está en todas partes
no veo qué necesidad
puede existir de gritarle.

Y tanto procesionar
con el cucurucho encima.
Qué agobio, andar enlutado
de acá p’allá todo el día

con el cirio y el tambor
y la bendita custodia.
Y luego hablan del euskera…
¡Si esto parecía Córdoba!

En fin… que aunque sea a causa
de este virus tan cabrón
la que suscribe agradece
la forzosa suspensión.

#SafeCreative Mina Cb

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