jueves, 31 de marzo de 2022


 

“HA ESTADO BIEN”
(una historia de otra época)

Era Teodoro un mozo bien plantáo que desde niño soñó con ser torero. No se perdía un festejo, primero con su padre y luego solo, de todos los que se celebraban en el pueblo o los alrededores, donde, al tiempo que se llevaba no pocos revolcones, rompió desde bien crío algún que otro corazón hasta que (a mí fuera de las vacas, ná, decía) dio a enamorarse precisamente de aquella que no le hacía ningún caso. Mas tanto la rondó que al fin la moza accedió a que tuvieran relaciones y en esos años se llevó el pobre Teodoro más testarazos de los que todas las bestias a las que se enfrentaría a lo largo de su vida podrían propinarle. Tal fue el vapuleo verbal al que la mueta lo sometía que un día el pobre maletilla dijo que hasta aquí y allá que se fue, con el corazón roto, a seguir saltando vallas y esquivando cuernos.

Algún otro romance se le conoció pero siempre al margen del mundillo de los toros, que para él, y más tras tan duro desengaño, era ya lo primero y casi lo único. Estaba con las novias por estar, como vengándose del sufrimiento que le había causado la primera, queriéndolas a medias, tan sólo porque ellas lo querían y eso es halagador para cualquiera. Hasta el día en que, en uno de esos vuelcos que la vida da, se tropezó con una bellísima lechera que había heredado el negocio de sus padres y al fin sentó cabeza y se casó. Tuvieron tres hijos que dejaban de ver a su padre en cuanto llegaba la época de feria, y con respecto a la lechería, echaba una mano cuando los festejos lo dejaban libre, de modo que la bella se pasaba los veranos sola, lagrimenado sobre los barreños y soñando con la vuelta de su amado, que la compensaba a su regreso con su vigoroso cuerpo y esa dulce sonrisa que la había cautivado, años atrás, y que la mantuvo presa, aunque jamás feliz, hasta el último momento, que tuvo lugar un verano y muy lejos de casa. Una vaca bien brava que lo pilló mayor. Ni siquiera le tuvo que dar una cornada. Un golpe contra el suelo del burladero al echar mal el pie para saltar la valla lo dejó tumbado sobre un charco de sangre que le brotaba a borbotones de la sien.

“Ha estado bien”- salió de entre sus labios.

Y expiró.

#SafeCreative Mina Cb

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