viernes, 30 de junio de 2017

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PARA TODO USO

Cuando le preguntaban que por qué llevaba un encendedor en el bolso solía responder que era por si aparecía el hombre de su vida y era fumador. Y no andaba desencaminada, puesto que fue tal cual. Él le pidió fuego en un paso de cebra y ahí surgió el amor. Y perdió los tornillos hasta el punto de que al mes y medio se casaron, y ella le ofreció como regalo una vitrina en la que había hecho instalar aquel mechero que los hizo coincidir; y bromearon acerca de que él podría utilizarlo, como las mangueras de los centros comerciales, “en caso de emergencia”.
Claro que las aptitudes de Romeo le duraron lo que el agua en una cesta, porque en cuanto se instalaron en el piso de ella el pavo dejó el trabajo y se dedicó a visitar todos los bares del contorno, bebiéndose hasta el mistol y volviendo a casa como una cuba la mayoría de las noches. Y eso las que volvía, porque ella sospechaba que el resto las pasaba en compañías femeninas distintas a la suya. De modo que se acabó cansando y le pidió el divorcio, y él le fue dando largas y no había forma de que se diese el piro.

Una noche en que ella curraba él llegó puesto hasta las trancas. Tenía la costumbre de encender la tele y luego tirarse en el sofá a fumar. A ello se disponía pero se dio cuenta de que no tenía fuego. Rebuscó por todos los cajones y al final lo vio, brillante y evocador, decorando la pared del salón tras su cristalito transparente. Le pegó un buen puñetazo a la vitrina y lo cogió. No se dio cuenta de que se había hecho un corte en la muñeca hasta que la sangre comenzó a deslizarse entre sus dedos. Improvisó una venda con una servilleta sucia que había en la mesita, se tumbó en el sofá y prendió el cigarro, que cayó sobre la alfombra cuando se quedó dormido. La química se ocupó de lo demás.

Cuando los bomberos, alertados por una vecina, echaron la puerta abajo, el apartamento ardía por los cuatro costados. A ella la consolaron diciéndole que no había sufrido, pues tanto la gran pérdida de sangre como los gases tóxicos derivados de la combustión le causaron la muerte antes de que el fuego lo llegase a alcanzar. Y que seguramente, y debido a la curda que llevaba, él ni había llegado a darse cuenta.

El seguro la indemnizó y costeó todos los gastos.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 29 de junio de 2017

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LO QUE HAY

No más enfermedades contagiosas
ni ataques por sorpresa al corazón
ni perder de repente la razón
ni hacer la digestión con mariposas.

No más chocolatinas, no más rosas,
no más competiciones de pasión,
no más medias naranjas al limón,
no más persecuciones angustiosas.

Temo que para mí pasó la hora
de andar por ahí buscando un compañero
que ejerza la función reproductora.

Estoy ya muy mayor para florero
o para hacer el rol de sufridora
a cambio de escuchar algún “te quiero”.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 28 de junio de 2017

 



EL PADRE MOTO

Confieso que me caen bien los jesuitas. Puede que porque son una orden religiosa que se ocupa más de los hombres que de Dios; hasta el punto de meterse en avisperos en los que no es difícil que una mañana se desayunen con un par de ráfagas de Kalashnikov y se terminen el café con el Altísimo. Eso los más aventureros, porque hay otros que ejercen la bonhomía a pequeña escala, y se quedan en su país haciendo el bien y sin mirar a quién.

Aquí, sin ir más lejos, tenemos tres claros ejemplos: el primero el del paciente Padre Lasa, que se curró lo del Barrio de Lourdes a base de cabezonería; el segundo el del Padre Perico, que lleva décadas de labor en pro de los más desfavorecidos y al que este año se le va a rendir un homenaje al haber sido nombrado Tudelano Popular; y el tercero es el del Padre Zubiaurre, más conocido como “El Dientes”, “Profidén” o “Padre moto”, que ha muerto hace unas horas en su tierra, Loiola, lugar al que marchó hace algunos años tras dedicar una buena parte de su vida a velar por los más necesitados de Tudela.

El padre Zubiaurre forma parte de nuestra memoria lo mismo que la fuente del pez o los columpios de hierro del Paseo de Invierno. Era una figura onmipresente y familiar. Circulaba en una destartalada moto en cuya parrilla no solía faltar, entre otros cachivaches y paquetes, alguna bolsa de la cual sobresalían unas cuantas barras de pan “para sus pobres” que el Zubi mendigaba por las panaderías de la zona. Tenía abiertas las puertas de todas las casas en donde habitaba la necesidad. Que no eran pocas, aún siendo muchas menos que ahora mismo. Aunque también es cierto que, en aquellos tiempos, los pobres eran pobres de solemnidad puesto que los servicios sociales no funcionaban, ni de lejos, como lo hacen hoy.

Al padre moto se le puede definir, más que por sus obras, por las anécdotas que protagonizó. Una de ellas se produjo cuando se encontró por la calle a un amigo que se había hecho una casa. Se ofreció a ir a bendecirla, el otro dijo sí y el pater se presentó con el incienso y las jaculatorias, roció las estancias y, una vez hubo acabado y antes de despedirse, le pidió al flamante propietario cien pesetas “para sus pobres”. En otra ocasión un conocido empresario tudelano a cuyo despacho había acudido, y viendo lo raída que llevaba la sotana, le dio 5000 pesetas para que se hiciera confeccionar una nueva. Pero la siguiente vez que se encontraron el Zubi seguía ("habiendo tanta necesidad -arguyó- no voy a gastarme el dinero en algo de lo que puedo prescindir") con la misma vestimenta, visto lo cual el donante se lo llevó al sastre, a quien pagó la sotana una vez esta estuvo terminada. Y la tercera, y creo que mi favorita, se produjo durante la Javierada, cuando los peregrinos llegaron el viernes a la explanada del Yugo y el Zubi se horrorizó al ver los bocadillos de txistorra: “¡Pero es viernes!”, protestó, desesperado. El cocinero le dijo que eso era lo que había y que si quería se lo comiera y si no no. El padre cuentan que miró el bocata, se santiguó unas cuantas veces, rezó algún paternoster y se trapiñó la longaniza mientras el cocinero añadía, divertido: “Y le aviso, padre, que en el Plano hay lomo con pimientos”.

Supongo que irá al cielo. Si lo hay. No creo que nadie en este mundo lo merezca más que él. Y si el cielo no existe, deseo de corazón que su bondadoso espíritu se reencarne en un gato doméstico de esos que pasan la vida tripa arriba, acariciados por el sol y bien alimentados, ajenos a la existencia de la muerte e ignorantes de las desgracias que aquejan a la especie humana.

Descanse en paz.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Jesus Marquina Arellano

(Por cierto... creo que también oficiaba misas)

martes, 27 de junio de 2017

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 DEL MONO VENIMOS

No hace mucho fuimos monos
columpiándose en las ramas…
Nos subíamos a un árbol
y comíamos bananas;
teníamos piojos, liendres,
pulgones y garrapatas,
dormíamos al sereno,
íbamos a cuatro patas,
nos sacábamos los mocos
y ninguno protestaba…
Paseábamos por la selva
sin un puñetero tanga,
no pagábamos facturas,
no nos cobraban el agua
y no teníamos móvil
ni tableta, ni ordenata…

Pasaron unos añicos
(siete millones de nada)
y un buen día dijo el hombre
(léase la especia humana)
que ya valía de hacer
tal cantidad de monadas…
Y fue decirlo y cambiar:
nos pusimos a dos patas,
nos depilamos el pecho,
los costados y la espalda,
nos achicamos los ojos,
nos suavizamos la cara,
y luego ya nos metimos
con la vida cotidiana:
inventamos el leguaje,
el fuego y hasta las bragas,
nos fabricamos la rueda
y nos construimos casas,
mandamos a los chiquillos
a estudiar a Salamanca,
y hasta el IBEX 36
nos sacamos de la manga…

Pero tanta evolución,
tanto avance, tanta rata
de laboratorio muerta,
tanto Cesid, tanta Nasa,
tanto científico insigne,
tanta clínica privada,
tanto cirujano ilustre
de mente privilegiada…
Y aquí seguimos nosotros
(se entiende la raza humana)
con ese dedo del pie
(el meñique que le llaman)
que, salvo para jodernos,
ya no sirve para nada…

Pero ahí está, como un lastre,
ahí está, como una lacra
dañina e inextinguible,
antievolutiva y carca…
¿Para qué sirve ese dedo?
¿Para qué sirve, caramba?
Que un médico me lo explique
si es que hay alguno en la sala:
¿Para qué sirve el meñique
si no es “pa” tocar las napias?

El meñique es el cabrón
que siempre se nos inflama
cuando vamos a Javier
o a Santiago en caminata…
El meñique es ese bulto
que nunca encuentra su plaza
al meterse en un zapato
(o incluso en una alpargata).
El meñique es el sensor
que inmediatamente capta
esquinas, cantos y bordes
cuando los pies se descalzan.
El meñique es importante
(dicen, que a mí no me engañan)
porque guarda el equilibrio
del cuerpo sobre sus plantas…

En fin, que ya veis amigos:
por una sola ventaja
contra mil inconvenientes
se nos condenó a la raza
de los Adanes y Evas
que caminan a dos patas
a conservar el meñique…
aunque no sirva “pa” nada.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 18 de junio de 2017

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 CINCO AÑOS

Recuerdo que hacía bastante calor aquella tarde. Y que yo andaba un tanto mohína a causa de un romance que me había salido rana. Y que estaba un pelín harta de la Bridget de mi blog, que ya me daba pampurrias seguir tanto tiempo con la misma historia. Y que se me ocurrían muchas cosas que me apetecía escribir pero eso de ser taaan vaga hace que tenga un poco de miedo de mí misma. Por lo de la disciplina y todo eso. Pero se ve que me pudo el aburrimiento y agarré una página que había abierto hacía meses (“Dependienta polivalente”, se llamaba, y hablaba de todo lo que hay que soportar cuando se curra cara al público) y le cambié la cara. Puse de fondo la foto de unos camellos que había hecho en un atardecer en el desierto marroquí semanas antes y decidí inventarme un nombre. Mina de Inma... así me llamaba en féisbu...
No le di muchas vueltas, la verdad. Mi gata de entonces, una pantera malcarada que enseñaba las uñas a todo el que aparecía por mi casa, me lo puso en bandeja: Inma-Mina-Minina.

Y me la saqué de la tecla.

Así de tontamente. Un día de diario. Después de comer y en vez de echar la siesta. Ahora- me dije- la cosa ya va en serio. Ahora te tienes que comprometer a escribir pero de verdad... y no sólo de vez en cuando. Y sellé mi promesa anunciando que cada día publicaría una historia.

Me daba miedo quedarme sin ideas. Secarme. Agotar incluso el contenido de mis nutridas carpetas adolescentes. Y me hice, pues, con una buena colección de textos de reserva de las épocas pasadas. Por si me sorprendía el síndrome del folio en blanco y no era capaz de asumir mi compromiso.

Pero me sorprendió la vida. Y las historias, lejos de alejarse, se iban amontonando y saliendo a mi encuentro por la calle, en el trabajo... incluso en sueños. Y mi vida se convirtió en el más hermoso de los cuentos. Y esta Minina que hoy cumple cinco años hizo que mi sueño más ansiado se materializara. Y que por fin me convirtiera en escritora. O mejor aún, en cuentista, que eso sí que mola. Porque tras la pantalla escrita vinieron los encuentros con los lectores: los recitales, las quedadas, los cafés y hasta las trasnochadas indecentes... y más tarde el Club de la Rima y su entusiasmo, y Alejo y su guitarra embrujadora... y por fin el papel y tantas cosas que nunca hubiese podido imaginar.

Me dejaría a mucha gente si intentase dar las gracias a todos los que las merecen. Y es que esta Minina, que me ha terminado por robar la identidad, no ha traído a mi vida más que cosas bellas... tanto que, ahora mismo, cuando miro hacia atrás, veo a una mujer en la que no me reconozco. Y sé que el mérito no es mío sino vuestro. Yo lo único que hago es sentarme cada día ante el teclado y escribir unas palabras.

El resto es cosa vuestra.

GRACIAS

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 17 de junio de 2017

jueves, 15 de junio de 2017

 



EL DUENDE Y LA ROSA

Todo estaba tranquilo en apariencia…
pero el duendecillo lo sabía:
el azul duendecillo de azules orejas
(azules como el mar, azules como el cielo)
el azul duendecillo de ojos saltones
quiso divertirse.

Todo estaba en calma, parecía…
todo estaba perfecto, calculado…
todo estaba cubierto por un velo;
velo verde esmeralda…
velo verde mentira.

Y el azul duendecillo de mente despierta
con sus ojos traviesos leyó bajo el velo…
Y el azul duendecillo de rápidas manos
con sonrisa malévola, lo levantó:

Bajo el diáfano velo de verde mentira
que el azul duendecillo arrancó de improviso
apareció un ramo de fragantes rosas…
Rosas que eran rosas como un sueño feliz;
rosas que, al principio solamente olían
y luego embriagaban con su aroma rosa…
Rosas sin espinas en sus rosas tallos,
rosas sin abejas en su rosa flor…

Pero el duendecillo, incorregible gnomo
quiso divertirse por segunda vez…

Ya no puso un velo verde de verde mentira;
puso un manto negro, como negra noche,
como negra muerte, como negro fin…
con crespones rojos como roja sangre
(rojo es el peligro, rojo queda el mar
cuando el sol lo besa para abandonarlo…)

Bajo el manto negro de crepones rojos
(el manto de sangre tatuada en el fin)
a la rosa rosa le faltaba el aire,
la luz, y algún pájaro que la requebrase…

Y a la rosa rosa espinas le salieron,
su tallo era verde, como la mentira…
Se fue marchitando muy poquito a poco
y de sus heridas manó sangre roja…
Sangre que anunciaba su negro final
que llegó muy tarde, pero muy deprisa.

Y este ha sido el cuento, pero algunos dicen
que tras las cortinas acecha en silencio
el azul enano de ideas azules
(ideas azules, como son los sueños)
Y cuentan que teje en su mente incansable
un plan que permita desmembrar el velo…
Porque, se comenta, que bajo sus hilos
la rosa agoniza…

……………..Pero aún no ha muerto.

#‎SafeCreative Mina Cb
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http://www.ivoox.com/duende-larosa-audios-mp3_rf_19262016_1.html

miércoles, 14 de junio de 2017

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SI TE TROPIEZAS CON UN OSO… (POR EJEMPLO)

Me encanta leer esos libros que ha escrito gente que ha viajado. O que dice haber viajado, porque yo creo que alguno de estos Indianajones lo que hace es recopilar batallitas de colegas, echarles una tonelada de imaginación y marcarse un tocho de cuatrocientas páginas que nos pone los dientes largos y los pelos como escarpias.

Lo último ha sido el manual de supervivencia de un reportero explorador que contaba a los oyentes de una emisora de radio cómo sobrevivir en la selva. Yo, la verdad, hubiera preferido que me hubiese dicho qué hacer para acabar de una puñetera vez con la plaga de hormigas que cada verano se adueña de mi cocina, pero le agradecí lo de las fieras, más que nada porque, nunca se sabe, lo mismo mañana voy al campo a coger unos tomates y me encuentro, digamos con un oso. Pues bien, si uno se tropieza con un oso es importante no perder la calma. Y no venirse abajo. De hecho, lo más aconsejable es ponerse bien tieso, alzar los brazos todo lo posible y demostrarle a la fiera que somos casi tan grandes como él. Y si eso no funciona, pues correr. Pero en zigzag, que con los osos no vale lo de correr en línea recta. No, porque ellos son más bien torpones para girar… Y así, en zigzag, en uno de los quiebros, pues los despistamos. Vamos, que si te tropiezas con un oso tienes que hacer como con los toros del encierro… un quiebro y lo despistas.

Sin embrago, lo que son las cosas, si uno se encuentra con un elefante hay que correr. Y en línea recta. También valdría lo de tumbarse largo y confiar en que nos pase por encima pero sin pisarnos. Aunque claro, eso ya sería mucho pedir. Así que si te tropiezas con un elefante, ya lo sabes: corre. Y en línea recta. Eso a no ser que en la trayectoria des con un río infestado de cocodrilos. Claro que si es de día no hay mayor problema, porque los cocodrilos cazan sobre todo por la noche. Pero no te fíes: procura no nadar; píllate un bote mientras que llega el elefante y surca el río remando con lo que puedas… nunca con los brazos que te morderían. Y no te preocupes si el bicho te enseña las fauces, porque no comen madera. Otra cosa es que en vez de en el río acabes en el mar y te topes con un tiburón: en ese caso, procura mantener la calma, no salir de estampida porque el bicho se pone nervioso, y aproximarte a un muro, un atolón o cualquier otra superficie a esperar a que el pez se largue. Claro que si eso no ocurre o, si ya puestos en lo peor, ves que el escualo se aproxima, lo que hay que hacer es golpearlo en el morro o la aleta, que eso lo desconcierta y te da tiempo de poner pies en polvorosa. O por lo menos de intentarlo.

Y en cuanto a lo de quedarse quieto, dicen que funciona muy bien si te encuentras un gorila, que además suelen viajar en grupo. O un gran felino, o sea un tigre, un león o un guepardo. Sí, porque los grandes felinos parece que sólo consideran comida aquello que tiene vida propia, o sea que se mueve. Así que nada, tú te quedas quieto, te haces el baobab y el leopardo pasa de largo y se va a buscar cualquier cosa que se mueva… qué se yo, un excursionista que esté huyendo de un elefante por ejemplo.

Pero al lorito, que lo peor son los rinocerontes. ¿Y por qué?, os preguntaréis. Pues muy sencillo; porque parece ser que a los rinocerontes se les toma por el pito de un sereno, o sea que no se les considera peligrosos y no hay un protocolo de salvamento y cuando la gente se los tropieza no sabe si hay que correr, quedarse inmóvil, andarse con ojo o ir en zigzag. Y al final lo que hacen es pegarles una patada en la boca, como a los tiburones, y se tropiezan con el cuerno, como en los encierros. Y para cuando quieren hacer el quiebro ya les ha pegado el bicho un empentón que los ha mandado dos kilómetros más allá y han caído justo delante de una familia de leones. Pero como están inconscientes a causa del golpe no pasa nada... hasta que se despiertan y los felinos se dan cuenta de que se mueven, o sea son comida.

Y se acabó lo que se daba.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 13 de junio de 2017

 


 MOMENTOS

Si un paso equivocado se traduce
en cerrar la ventana a lo infinito
y dejar que se llene de mosquitos
este rincón de flores y de luces.

Si sellar eslabones entreabiertos
provoca que se formen hematomas
y que se enseñoree la carcoma
de este espacio sin puertas y sin puertos.

Si ser como se debe, según dicen,
los cánones impuestos por aquellos
que disfrutan tocando las narices,

si no hay necesidad de echarse al cuello...
por qué no aventurarse a ser felices
tomando de la vida lo más bello.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Leandro Lamas

lunes, 12 de junio de 2017

 




ALAS

Libre y suelta me quieres,
libre y genuina,
libre y llena de anhelos
y de sonrisas.

Libre y fuerte me hallaste,
libre y ardiente,
libre, esquiva e inquieta
de cuerpo y mente.

Libre me sedujiste,
libre y salvaje,
libre fui tras tus pasos…
… Y te escapaste.

Libre ya no me quieres…
Fueron enredos:
Son muy grandes mis alas
para tus miedos.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 11 de junio de 2017

 



A veces
el mundo se convierte en una balsa
en la que todo flota

húmedo y deformado

y no sé adónde ir.

Y entonces me acurruco
y cierro los ojos
y lleno mi cerebro de imágenes azules
del caer de la tarde
y el espacio infinito y el silencio

y esa paz de las nubes
y esa dulce verdad del amarillo
del sol que me regala
sus últimos destellos

y de todas las cosas

que no pronunciaré .

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Maris

sábado, 10 de junio de 2017

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NO HAY PASADO

¡Salta al vacío y vuela!
¡Rompe el espacio y vive!

No temas, no hay pasado
hoy, por fin, eres libre.

¡Báñate en un oasis!
¡Cuélate en un desfile!

No temas, no hay pasado
para quien lo decide.

¡Cuélgate de la luna!
¡Duérmete en el putpitre!

No temas, no hay pasado
cuando la vida sigue.

¡Baila sobre las brasas!
¡Grita hasta que te asfixies!

No temas, no hay pasado…
Sé siempre incorregible.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 9 de junio de 2017

 



FRIENDS

Tan sólo está de paso

ya nada la retiene

el amor
la amistad
las ataduras
se van desenredando
y todo
se desvincula al ritmo
que la vida le marca.

Tan sólo está de paso
me ira sonriendo
cuando nos encontramos
y se detienen
en un instante corto
nuestros destinos
en el mismo lugar y al mismo tiempo

y reímos
y hablamos

ahuyentando el fantasma solitario
del miedo a los espacios
vacíos de caricias.

Tan sólo está de paso
y es consciente
del efímero mundo en que se apoya
y de la gravedad,
huidiza,
que orbita en torno a ella

Tan sólo está de paso

y he tenido
la suerte de encontrarla.

#‎SafeCreative Mina Cb

jueves, 8 de junio de 2017

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TE ACOMPAÑARÉ

Desde el primer instante supo que era imposible persuadirlo. Tan bien lo conocía, tan íntimamente unidas estaban sus almas que adivinó que las súplicas, los razonamientos, el chantaje incluso, serían en vano.
De modo que finalmente se armó de valor, encerró bajo llave a su maldita conciencia y le confesó que estaba de acuerdo con él desde el principio, y que la decisión de partir precisamente en ese momento le parecía la salida más digna. Y la más acertada para todos.
Incluso para él.

Eligieron una noche de lunes, cuando las ciudades están tranquilas. Cenaron en un italiano y después tomaron un par de copas o tres, lo suficiente para envalentonar el espíritu pero sin pasarse, que ya se sabe que el alcohol tiene la desdichada virtud de amplificar la tristeza.

Caminaron un rato por las calles estrechas y solitarias, charlando en voz baja, riendo sin ganas. Iban despacio, muy despacio, parándose delante de las vitrinas de los escaparates apagados que miraban sin ver.

Llegaron a su casa pasada la medianoche. Él lo dispuso todo meticulosa, serenamente. Ella lo contemplaba en silencio, apoyada en el marco de la puerta, sin atreverse a hablar, a moverse, a importunar su labor.

Cuando todo estuvo preparado ella se acercó a la cama, sentándose tras él, abrazándolo con fuerza mientras él vaciaba el contenido del vaso. Le hablaba en voz baja, ahora sí, de cosas importantes, de todo lo vivido, de aquella amistad extraña y ambigua, casta e inquebrantable, que habían compartido durante tantos años. Poco a poco su cuerpo fue perdiendo estabilidad, y se fue dejando caer, apoyado sobre ella, hasta acabar tendido sobre la cubierta de raso. Ella siguió hablándole queda, dulcemente, ya de incoherencias, de banalidades… palabras sueltas sin forma y sin sentido… mirándole.
Hasta que sus ojos se cerraron del todo y su respiración se convirtió en un runrún pesado y rítmico, y ella se tendió junto a él, llorando, ahora sí, pero en silencio, apretando su cuerpo contra el del querido amigo en un intento de traspasarle un leve hálito de vida, de esa vida que se le iba escapando, ya era hora, por fin.
Y para siempre

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 7 de junio de 2017

 



BRAD CLOONEY

Cuidadín, al lorito, mucho danger
que por fin aparece por la puerta
(la goma de los Kalvin asomando
por el jean ajustado a la cadera
y una Custo de mangas recortadas
parte a tirones, parte con tijera)
Brad Clooney y, bendita sea tu suerte
ha decidido que hoy serás su presa.

Apenas le ha costado descubrirte:
(un leve giro a su rapaz cabeza)
se han colgado sus ojos de tu escote,
y se ha echado la mano a la entrepierna….
Un segundo vistazo y se asegura:
no lleva anillo, luego está soltera;
no hay otro vaso, luego viene sola;
no alza la vista, luego a nadie espera…

Se aproxima despacio, cauteloso;
ve que junto a la tuya hay otra mesa
y la ocupa, dejando su portátil
y las llaves del Audi sobre ella…

Pide un Cardhu, que paga en el momento
exhibiendo su gruesa billetera
y, por fin, y con aire interesante
abre el ordenador y se conecta…
y revisa el mercado de valores
al tiempo que echa un ojo hacia tus piernas.
Finalmente, y ya envalentonado
por el wisky que corre por sus venas,
cierra el portátil, luego se levanta
se arremanga la Custo y se te acerca:

“Mira por donde”, dice destilando
litros de alcohol al lado de tu oreja,
“Acabo de ganar una fortuna
con las acciones de una petrolera
malvendida a una empresa de empanadas
de atún reconvertida en financiera
y recién instalada en el Barsil,
lejos del euro y de sus turbulencias…
Y he pensado, viendo que estás tan sola
que puede que esta noche te apetezca
que tú y yo nos vayamos a cenar
y celebremos juntos una fiesta”…

Y tú miras al pobre tontolaba,
te levantas, te acabas la cerveza
y le dices: “Perdona, pero está
el Bill Gates esperándome en la puerta”

#‎SafeCreative Mina Cb

martes, 6 de junio de 2017

 



ASUETO

Me gusta
cuando los días de diario revientan

como sandías dulces y maduras
y embadurnan de rojo el pavimento
y se embriagan y bailan
sobre las grises losas de la calle
y hacen de lo vulgar una mentira

y logran que la vida

se vuelva una experiencia inimitable.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 5 de junio de 2017

 


 VISCERAL

No quiero que me des tu corazón:
¿De qué me iba a servir, si tengo el mío?
No te quiero incompleto y sin latidos;
un títere privado de razón.

No quiero que me des tu corazón.
No te quiero tener si no es contigo.
No quiero que, de puro compartido
haya que compartir la obligación,

No quiero casquería en la nevera:
vísceras malolientes en un plato
a merced de una horrible cocinera.

No quiero quebraderos de cabeza
ni broncas que no acaben en el rato
que cuesta destapar una cerveza.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 4 de junio de 2017

 



RAYOS Y CORCHEAS

Se desata el diluvio y me cobijo en un porche. La cuidad se acelera, alborotada, en busca de refugio. Me apoyo contra el muro de una de esas perfumerías (“Te ponemos guapa”, reza la propaganda, como si una no lo fuera ya en sí misma y necesitase de artificios) y casi al momento se me acerca un voluntario de Acnur, atraído sin duda por mi indumentaria, que denota, según me dicen siempre, “un perfil solidario”.
Mientras charlamos, un grupo de chavales desenfundan sus instrumentos de conservatorio y acometen un pasodoble que no va en absoluto en consonancia con su aspecto informal y un tanto hippy. Tocan bien y la gente se acerca. Un señor de cierta edad aplaude con entusiasmo, feliz, me imagino, de que estos jovenzanos se atrevan con una pieza de tan recio talante. A continuación uno de los clarinetistas abre un pupurrí de Abba y más tarde, y muy probablemente por el lugar en el que estamos, se arrancan con Los sitios de Zaragoza.

A mi izquierda, una madre y su hija, monísimas, rubias súper maquedadas se quejan del chaparrón y lamentan de no llevar paraguas. Contemplan las evoluciones de un rubiales de menos de dos años al que podían haber sacado de una película de la Shirley Temple... pobre criatura, ese no se ha revolcado en la tierra en toda su existencia. La abuela sugiere que tal vez el niño tenga frío, y que habría que comprarle una chaqueta. Especulan con la posibilidad de llamar por teléfono a alguien para que las recoja o, como último recurso si no para de llover, pedir un taxi. Eso sin abandonar en ningún momento el tono de contrariedad de quienes han visto inundarse una brillante tarde de viernes que habían destinado a pasar juntas. La conversación se interrumpe de repente cuando el bramido de un pavoroso trueno acalla los sones de los músicos y un zigzagueante y azulado relámpago rasga el cielo justo en frente de nosotros. El angelito rompe a llorar y su madre lo coge en brazos, intentando calmarlo. Mientras, unos pocos metros más allá, una chica no demasiado guapa y bastante mal vestida ha aprovechado la tormenta para sacar a su pequeño de la silla. Lleva un rato bailando con el chiquillo a cuestas y se lo están pasando bomba. Tanto que yo creo que ni se han enterado del estruendo. Ríen a carcajadas bajo la divertida mirada de su abuela mientras el rubiales los contempla, perplejo y envidioso, encaramado a la enjoyada seguridad de los brazos de mamá.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 3 de junio de 2017

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SAURIOS

Para mí que son lagartijas a las que un atardecer se les estropeó la brújula y un vampiro les hincó el diente camino de casa. Y como llevaban tan sellado al adn lo de la luz se convirtieron en serpenteantes trepadoras en busca de un farol. Y están gorditas porque duermen más que sus parientas. Y es que tontas no son: disfrutan de la inmensidad de la noche veraniega y de la soledad de las caniculares barriadas vecinales, cuyos muros mezclan el calor acumulado con la amarilla tibiedad del alumbrado urbano, al tiempo que permanecen alejadas de las diurnas y traviesas manos infantiles, que torturan sin piedad a sus hermanas, cortándoles el rabo para ver cómo se retuercen y salen de estampida, torpes y avergonzadas como eunucos desnudos.

Juegan al escondite entre las grietas de los viejos ladrillos, desapareciendo por los poros agrandados del cemento y se escurren, invisibles un instante, tras las desgastadas aristas de las piedras que componen la carcasa de los edificios más antiguos. Contemplan a los alborotados pobladores de las terrazas conversar, beber y hasta cantar al son de las guitarras, como pasa en mi barrio, sin que el bullicio altere su reptil paseo. A veces se atrincheran, el cuerpo algo arqueado, al abrigo de un farol amarillento, y permanecen ahí durante un tiempo, como si fueran parte del paisaje. Hasta que alguien se acerca y las increpa, y entonces descomponen la postura y huyen, ágiles y titubeantes en el paso, ebrios lagartos a los que la noche embruja.

#SafeCreative Mina Cb

 



LO PEOR DEL AMOR

Lo peor del amor
no es cuando se nos muere entre los brazos

ajado y desvaído
como alas de mariposa en el asfalto
tras una costosísima agonía
que desata la amnesia
y hace que sea un bálsamo
la hora del adiós.

Lo peor, sin dudarlo,
es cuando nos lo arrancan de repente

aún vívido y fragante,
apasionado, bello, voluptuoso...
y nos desmadejamos, como un títere
condenado
a la desconcertante incertidumbre
de vivir para siempre
añorando un futuro imaginario

y puede que irreal.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 1 de junio de 2017

 



LA TALLA 34

Había llegado el momento de partir. La esperaba otra vida; otra cuidad, otros horizontes. Canturreaba suavemente mientras vaciaba los armarios, su madre siempre pendiente de ella, mierda, seguía tratándola como a una niña aún después de todo lo ocurrido. Tenía un nudo en la garganta producido en parte por la excitación y en parte por el miedo. No era un traslado a la universidad de la capital, como hacía varios años, antes de que la pesadilla comenzase; no era un reencuentro con la vida como cuando le dieron el alta y se reincorporó a la facultad. No era siquiera una Erasmus en un país vecino. No: era el océano, horas de vuelo, otra cultura, otra religión. Era, lo sabía, la oportunidad con que había soñado desde niña, el sueño que aquella maldita enfermedad había intentado arrebatarle. Era lo que más había deseado en este mundo.

Y estaba a punto de llevarlo a cabo. Cientos de candidatos optaron a una de las plazas; jóvenes preparados que se inscribían desde todos los lugares de la tierra: currículums impecables, carreras terminadas en un tiempo récord, carísimos másters. Y ella, que había pasado más de tres años en el dique seco antes de retomar los estudios, fue seleccionada, según le dijeron, por su fuerte personalidad, por su tesón y por su valentía. Una simple carta manuscrita y una entrevista de diez minutos fueron suficientes.

Claro que a su madre aquello no le hacía ninguna gracia. Y más teniendo en cuenta que lo hizo sin consultarles. Su niña, pensaba, no podría soportarlo: tan lejos de los suyos y tan frágil como era. Lloró, echándole en cara los esfuerzos dedicados a su recuperación, anunciándole que no sería capaz de hacerlo, que todavía no estaba preparada, que era demasiado joven…

Pero la muchacha estaba decidida. Ahora, sin ir más lejos, veía a través del espejo cómo su madre la espiaba discretamente, asomando la nariz de vez en cuando entre la puerta mientras ella vaciaba cajones, desalojaba perchas, desmontaba estanterías.

De pronto los vio, colgados de la barra, fantasmas del ayer, en el mismo lugar donde los dejó el día que volvió del hospital tras su primer ingreso: los raídos vaqueros de la talla 34 para los que llegó a necesitar usar un cinturón, y que ella misma escondió al fondo del armario, lejos del alcance de su madre, jurándose por lo más sagrado que más adelante, cuando les hubiera ganado a todos la partida, podría volver a utilizarlos.
Colocó la prenda sobre la cama y la miró, los ojos inundados. Volvió atrás en el tiempo unos instantes: hambre, soledad y lágrimas; era lo único que recordaba de aquella época, de aquel tiempo perdido para siempre, de aquellos años de nada interminable.

Tomó el pantalón entre las manos, minúscula silueta de un tiempo de dolor, y tiró de las perneras en ambas direcciones. El gastado tejido cedió casi al instante, rasgándose en dos ante sus ojos y esparciendo por el aire une tenue nube de virutas de color azul.

#SafeCreative Mina Cb