martes, 31 de marzo de 2015



ABANDONO

A menudo me pregunto por qué será tan bello el abandono. Qué misterio encierran esos inmuebles grises y vetustos donde el polvo y los maderos carcomidos juegan al escondite entre los rayos de sol que se filtran por las rendijas de las urdimbres desgajadas. Qué es lo que nos atrae de esos lugares siniestros y olvidados, sin más utilidad que la de servir de refugio a vagabundos, grafiteros o lobos solitarios que se dejan caer por allí de vez en cuando y se pasean, desafiantes, bajo las estructuras parcialmente derruidas. Quizás sea la paz que emana de sus muros agotados y resecos. O el rancio tufillo a humedad mohosa que se mezcla con el aire que invade las estancias sin techos ni cristales. O ese limpio silencio que rebota y se expande como un halo de calma. O aquella aparente intemporalidad que se adueña de lo viejo y lo gastado, y hace que el deterioro se apropie del ambiente, como un virus amarillento y pegajoso que impregna las estancias y las va pulverizando, desgastando lentamente los contornos de las cosas hasta mutar en curvas las aristas y hacer que poco a poco todo desaparezca…

Sin que nos demos cuenta.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Terris

lunes, 30 de marzo de 2015



ENCUENTROS

Llegan versos a veces
sin causa, mas con nombre y apellidos.
Se presentan de noche
pugnando por salir al exterior
y me despiertan.

Vienen hoy de tu mano
y dicen que te diga
que sigues habitándome
aunque no como antes…
No de la misma forma.
Pero sigues aquí,
perfumando mi espacio,
invadiendo el vacío de la noche,
los fríos de mi alma,
Las grietas de mi cuerpo.

Me dicen que te diga
que quiero amanecer de nuevo tuya.
Un episodio más
sin consecuencias,
prendida del calor de tu mirada,
tus dientes saltarines y tus risas…

Jugar a descubrirnos,
a encontrarnos sin tiempo,
a deslizarnos juntos por entre las rendijas
pálidas y amorosas de la noche
hasta llegar al alba
insomnes y cansados,
y ver cómo te pones el abrigo,
sonríes y te vas.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 29 de marzo de 2015



EL LOOK BACTERIO

¡Hombres del mundo! ¡Unid vuestras fuerzas y rebelaos contra los gurús de la moda!
Pordiossss, ¿quién ha dado la orden de que os dejéis crecer esas horribles barbas de bolchevique que están llenando las calles de felpudos con patas? Sabed, queridos míos, que eso no le sienta bien a nadie. Bueno sí, a los feos. Porque se les ve menos la cara. O a aquéllos que tienen los ojos muy bonitos o profundos. Porque les realza la mirada. Y si aun encima son feos les tapa lo malo y les resalta lo bueno. Pero vamos, que tipos así hay cuatro. Feos con mirada interesante quiero decir. Porque guapos con mirada interesante hay unos cuantos más. O será que yo tengo cierta tendencia a fijarme en los guapos antes que en los feos. Aunque la belleza esté en el interior.

... En el interior de la barba a veces. Porque en los últimos meses he visto desaparecer rostros adorables bajo ese repulsivo matojo de pelos. Y los ves a ellos, altivos y arrogantes. Sabiéndose, me temo, irresistibles de puro sugerente. Y si se te ocurre decirles algo te responden que es que la barba les da a los hombres un “aire interesante, como de intelectual”. Y bueno, sí, siempre que aceptemos al profesor Bacterio como intelectual del mismo modo que se acepta al pulpo como animal de compañía. Y es que los tiempos de la intelectualidad barbuda eran muy diferentes a los actuales. Eran años en los que a los hombres, en general, les importaba un pimiento su aspecto, y no se depilaban el pecho, ni se daban cremas faciales, ni se metían al quirófano para quitarse la papada. Ahora como que no pega enredarse con un Rasputín que se funda una pasta gansa en cosméticos, se pegue media vida en el gimnasio y que luego, para colmo, le quites la camiseta y tenga menos pelo que el molondro de Yul Brynner. Vamos, que yo agarro la pinza y el loctite y le organizo un trasplante en toda regla. Y mi madre ni te cuento si le dejan la navaja de afeitar.

En fin, chavales, que vosotros mismos, pero que sepáis que el look Bacterio, de sex appeal, cero patatero. Y que a nosotras nos molan los tíos con barba lo mismo que a vosotros las tías sin curvas. Y que allá los estilistas con sus estilos. Y si no preguntad a vuestras madres, esposas, hermanas, amigas… a ver cómo os prefieren. Y sobre todo no os fiéis un pelo del amiguete ese de la media barbita (que esa sí que mola… bien cuidada) que insiste en que no os afeitéis y que os dice que el barbón os sienta de cojones…

Porque os aseguro que lo único que quiere es levantaros a la novia.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 28 de marzo de 2015



VENUS AFLIGIDO

Así, como lo leen. Venus afligido. Ni incompatibilidad de caracteres, ni carencia de atractivo, ni siquiera un despiadado exprimidor qua va pulverizando a todas mis medias naranjas. Me dice un a amiga medio astróloga (que no es lo mismo que medio bruja) que lo que me pasa es que tengo en la casa del amor a Venus afligido. Muy afligido. Y que eso hace que todos mis encuentros sentimentales se hallen salpicados de dificultades. Pero ahí no acaba la cosa. Y es que, además de afligido, lo tengo churruscado. Porque el pobre está a tan sólo siete grados del sol. Venus digo. El mío. Así que desde que lo sé me hallo viviendo sin vivir en mí. Vamos, que ni como ni duermo yo tampoco. De la aflicción también, que no voy a ser yo menos que mi Venus. Y es que a ver, lo de la incompatibilidad de caracteres se puede solventar haciendo terapia de pareja. Y lo de la falta de atractivo tiñéndose las canas y poniéndose tacones, que dicen que te levantan el culo y te vuelves irresistible. Y lo del exprimidor, pues no sé… alejándose de los enchufes, por ejemplo. Pero a lo de la aflicción de Venus no le veo yo un remedio a corto plazo. Y ya va estando una en edad de que si se descuida se le pasan el arroz, las almejas y hasta la pastilla de avecrem. Porque, a ver, si Venus estuviera molesto, enojado o incluso cabreadísimo la cosa podría tener remedio. Sería cuestión de montar bronca; de entrar al trapo… de gritar más que él, acojonarlo y hacerlo retroceder y retirarse así de esa posición que me está complicando tanto la existencia. Que se alejase unos grados del sol, tampoco mucho, que no quiero yo un novio de esos pegajosos que te acompañan a todas partes abriéndote las puertas y retirándote las sillas. En fin, que se descabrease pero sin llegar a convertirse en un corderito, que son muy ñoños y lo dejan todo lleno de boñigas.
Pero es que no está enojado, sino afligido. Y claro, no es lo mismo. Porque no sé bien qué hacer. Si le sigo la corriente y le digo que me da mucha penita me lo veo moqueando y con los ojos como tizones todo el día. Y sin arrancarse, que es lo que me interesa. Y es que la aflicción suele ser muy indecisa. Porque no es como la rabia o la desesperanza, que te producen reacciones drásticas que te impulsan en un sentido o en el otro… No… la aflicción es como muy paradita, muy de quedarse en el rincón snif-snif, qué desgraciadito soy, sorbiendo los mocos y sin mover un músculo. Y claro, tampoco lo puedo dejar así para los restos… o sea que he de idear un discurso firme y convincente al tiempo que amistoso que le ponga las pilas sin llegar a provocarle un cortocircuito. Que esto de la aflicción te deja hipersensible, bien que lo sé yo. Y eso es lo que me da miedo. No pillar la medida. Ser demasiado dura y, en vez de desafligirlo, desencadenarle una depresión que lo deje al borde del suicidio. Y que al menor descuido dé un salto y se estampe contra el sol. Y se me queme a lo bonzo el muy canalla.

Y entonces sí que se jodió el príncipe azul…

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Roberto Mangosi

viernes, 27 de marzo de 2015



RAMALAZOS

A veces pasa. Que viene a la cabeza de repente. Uno está en el balcón tendiendo una toalla y se le ocurre. Apoyarse en la baranda. Dejar el cuerpo basculando y que la gravedad ejerza sus derechos. Así, como que tontamente, chof… a ver cómo te sienta. O en mitad de la autopista. Dar media vuelta y acelerar a fondo. Y flipar con el careto que se les pone a los de enfrente. Y a ver quién puede más. A ver qué pasa. A ver cuánto aguantamos. O cuánto aguantan ellos. Cosas así. No sé. Majaderías. Chaladuras que uno piensa que le pasan a uno sólo. Pero no. Le pasan a más gente. Pero nadie lo dice. Porque les da vergüenza. O miedo. O las dos cosas. Porque piensan que no le pasa a nadie. Sólo a ellos. Pero sí que les pasa. A los otros digo. A veces. Aunque luego piensen que vaya tontería. Y que cómo se pueden tener esas ideas. Ideas de bombero. Y se asusten un poco de sí mismos y decidan cambiar de pensamiento. Y se pongan a pensar en lo gordo que les cae el presidente del gobierno. Para sentirse normales. Porque eso parece que puede pensarlo todo el mundo. Lo del presidente digo. Y hasta decirlo. Y en voz alta además. No como lo del balcón. O lo de la autopista. Que eso no se dice. Y menos en voz alta. Y tampoco se piensa. Pero claro, lo de pensarlo no se puede evitar. Aunque no se diga. Ni en voz alta ni en voz baja. Ni tampoco se haga. Lo del balcón y la autopista digo.
Y otras cosas peores.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 26 de marzo de 2015



LA CAPILLA

No es habitual que yo entre a esta capilla. Lo hago de vez en cuando y nunca sé por qué. En otros momentos de amargura y desesperanza entraba en un intento de recuperar la fe que hace muchos años perdí. Y pedía imposibles que sabía que nunca podrían realizarse. Esta mañana y después de muchos meses mis pasos me han llevado hasta aquí de forma inconsciente en vísperas de la semana santa. Y me he sentado delante del cristo contemplando la sombra proyectada en la pared que se ladea y lo deja un tanto tripón y ridículo. Y me he liado a meditar acerca de lo humano y lo divino. Aquí, en mitad de la calma y la oscuridad y escuchando los trinos de los pájaros pensaba en dónde estuve y dónde estoy. En ese cúmulo de emociones que nos inundan y nos desalientan muchas veces, haciéndonos sentir que todo está perdido y que con el tiempo y no sé de qué extraña manera se van difuminando hasta convertirse en lejanos recuerdos, gratos como el regusto de un licor de hierbas. Sueños de algo que parece que nunca hemos vivido y que no llegamos a comprender cómo nos causó tanto dolor. Y me decía a mí misma que es curioso cómo el ser humano está compuesto fundamentalmente de emociones que pueden hacer que nos vengamos abajo de forma más estrepitosa que el dolor físico. Y que no hay ningún medicamento, remedio o tratamiento que pueda borrar el dolor del alma o en todo caso mitigarlo. Y que la única cura es dejar que el tiempo pase y vaya suavizando las heridas y convirtiendo el pesar en una sombra difusa y deformada, como la que ahora mismo proyecta el cristo sobre la pared de piedra.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Jose Ftuitribera

martes, 24 de marzo de 2015



VAMPIROS CON ACNÉ

No había visto una peli para adolescentes desde “Grease”. Y es que soy una antigua, para qué nos vamos a engañar. Y desde que prohibieron el tabaco en la pantalla los pandilleros ya no han vuelto a ser lo mismo. Debe de ser por eso que ha tenido tanto éxito la saga de “Crepúsculo”. Porque los macarras, que es lo que les pone a las adolescentes, se han extinguido del paisaje. Y esos tipos a medio afeitar, desaseados y que se pasan la noche tirando millas a todo gas por la carretera que surca el cañón del Colorado no impresionan a nadie. Llenan los cines, puede. Pero no dan ni frío ni calor y no generan ni un dólar en mercadotecnia, que es de lo que se trata. Que al fin y al cabo lo que deja pasta son las carpetas, las mochilas y las sudaderas con estampaciones de los ídolos de moda. Por eso digo que no me extraña lo de la fiebre de “Crepúsculo”. Aunque ya se haya pasado, pero es que yo soy tan antigua (ya lo he dicho al principio) que no he visto la peli hasta anteanoche. Y vamos, que menuda decepción. Una historia de amores imposibles, como la de Romeo y Julieta. Con la diferencia de que el chico tiene menos carne que un canario y lleva los morros en plan drag queen del carnaval de Tenerife. Vamos, que a ese lo coge mi madre, le lava la boca con jabón de lagarto, le prepara un puchero de garbanzos con pilongas y bacaláo y lo deja que no vuelve a probar la sangre en lo que le queda de vida. Aunque sea inmortal. Y la niña esa, tan rarita y tan lánguida, que le dice a su padre que se larga de casa y al hombre le parece de lo más normal. Y con el tipo ese, que vaya fama que llevaba la familia. Que yo soy el padre, me pongo delante de la puerta y de ahí no sale. Vamos, faltaría más. Y le hago que me cuente todo. Y cuando llegue a lo de que su novio es un vampiro y que si le muerde la matará y la convertirá en una de su especie y que por tanto puedo estar tranquilo porque, como no pueden consumar su amor, no se va a quedar embarazada, yo le digo bien clarito que sin mordiscos en el cuello una relación de adolescentes dura dos telediarios, y que ya lo decía bien claro Pablo Milanés, “que a ese amor de nosotros le hacía falta carne y deseo también”, y que qué clase de vida social espera tener con un fulano que no puede beber ni fumar ni andar por ahí de juerga hasta las tantas porque se vuelve brillante al salir de un “after hours”… Y que si piensa que lo de que le claven un colmillo y la vuelvan inmortal le va a solucionar la vida que está muy equivocada… que seguir teniendo diecisiete años cuando tus amigas entran en la menopausia resulta sospechoso. Y que permanecer en el instituto durante milenios, pasando de un sistema educativo a otro (la Egb, la Eso, la Logse…) vuelve loco hasta al más pintáo… Y que lo de no morirse nunca tiene que ser un rollo, si ya se le ve al pobre chaval, menuda cara de amargáo que tiene… Y que lo de quedarse con el chico siendo ella mortal y él inmortal que tampoco mola mucho, porque tarde o temprano la atacarán la artrosis y el reuma y esos ambientes tan húmedos y lúgubres que él y los suyos frecuentan no le van a ir nada bien. Aparte de que él acabará pareciendo su hijo en lugar de su amado. Y a todo el rosario de inconvenientes que la relación lleva implícitos ya en sí misma se tendrán que sumar las críticas de los amigos y vecinos. Porque sigue estando muy mal visto que un hombre muy joven esté con una mujer mayor.

En fin: que a mí me viene una hija con el cuento de que se va a vivir con un vampiro iridiscente, abstemio e inmortal y antes de que se largue le concierto una cita con un Travolta de los de antes para que le dé un par de meneos. Y seguro que cambia de opinión.

Y si no lo hace no hay problema. Ya me quedo yo con el macarra.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 23 de marzo de 2015



TRES… SON MULTITUD

La verdad es que no le hizo ninguna gracia que se lo contara, para qué nos vamos a engañar. Por el papelón y porque no le apetecía ni una miaja largarse del ático con terraza en que vivían. Así que cuando él le aclaró que su intención no era la de abandonarla sino la de continuar con las dos, pero sin mentiras, ella le pidió que la dejase reflexionar un poco. Y al ponerse a meditar se acordó del tipo aquél que le tiraba los tejos en el curro pero al que no había hecho caso, en primer lugar porque estaba casada y en segundo lugar porque tenía más cara que un saco de céntimos, y lo llamó para tomar unas cañitas. Al pavo le pareció estupenda la propuesta, y allí que se fueron los dos al ático soleado para echarse un puñado de kikis en el tálamo nupcial que su legítimo había ya, seguro, compartido con la veinteañera de quien le había hablado a mediodía. Cuando él llego, ellos estaban aún tumbados en la cama, como Dios los trajo al mundo y dando cuenta de una de las botellas de Moët Chandon que el señor de la casa solía tener en la nevera para ocasiones especiales. Ella se puso en pie, contoneándose, y le tendió una copa:
-“Querido -le dijo-  he decidido aceptar tu propuesta. Este es Iñaki. Y yo también os quiero a los dos. Supongo que no te importará. Así podré entretenerme cuando tú estés con Cristina. Porque se llama Cristina, ¿no?... Jaja, tiene gracia la cosa; Iñaki y Cristina, qué casualidad...”

Lanzó la copa contra la pared, abrió el armario, sacó una mochila y la llenó a toda prisa con lo imprescindible.

-“Te haré llegar a través de mi abogado los papeles del divorcio”- aulló antes de salir dando un portazo.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Torrisi Anne Marie artiste peintre médiumnique

domingo, 22 de marzo de 2015



AMOR DORADO

Muéstrame la blancura
del turbante que adorna tu cabeza
y el ámbar de hermosura
y amarga ligereza
que reviste tu cuerpo de belleza.

Deja que tu bravura,
tu amargor y tu cruel delicadeza
den fin a la tortura
de esta sed que ya empieza
a enloquecer de amor por ti, Cerveza.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 21 de marzo de 2015


EL LIBRO DE LOS ATARDECERES

Iba guardándolos todos. Los registraba cuidadosamente, anotando fecha, hora y una detallada descripción del colorido y de la intensidad de la luz y sus matices.
Se reían de él, pero el día en que el sol se apagó para siempre fue el único que pudo seguir disfrutándolos a diario como si nada hubiese sucedido.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Bardenas Reales de Navarra.
Foto de Marisa Juanes Garcia

viernes, 20 de marzo de 2015



EL TIEMPO DEL PERDÓN

Pasa que el cerebro y el cuerpo se fatigan. Que se achica el espíritu ante la intensidad del odio y el rencor. Que se agosta la ira y se le escapan las hojas, ocres y fragmentadas como un atardecer de otoño. Pasa que el pensamiento se expande, y se abre al horizonte lo mismo que el límite del mar que se confunde con el cielo en las mañanas de verano. Pasa que al fin las nubes agrisadas y plomizas se deshacen en blanquísimos jirones de algodón que se acaban diluyendo entre la atmósfera tranquila y azulada. Y que vuelven el sueño, la risa y la esperanza. Y que los ojos se abren de nuevo, luminosos, brillantes e infantiles. Y que el maldito disco duro del pasado se rompe en mil pedazos, y todo se dispersa, y tan sólo perviven un puñado de imágenes en sepia, calmos retazos de un tiempo que el indulgente y pálido velo del olvido guardará para siempre en un cajón de la existencia, perfumados, marcados sus dobleces amarillos, indelebles y eternos, sobre el dulce tapiz de la memoria

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Terris

jueves, 19 de marzo de 2015



QUERIDO PAPÁ
(EL MUNDO AL REVÉS)

He estado dudando un buen rato acerca de cómo encabezar esta carta. Lo de “querido papá”, en fin… se daba poco en nuestros tiempos, cuando vosotros comíais dos huevos y a nosotros nos llovían tortazos por todas partes. Lo de “hola papá” también lo he pensado, pero es una fórmula como más amistosa: de carta a un coleguilla… ahora que ya nadie escribe cartas además. Y luego que yo siempre he sido un poco antigua para según qué cosas, ya lo sabes… Y demasiado moderna para otras, como esa tendencia un pelín feministorra que te cabreaba tanto, y que te hacía soltar tantos juramentos. Sin embargo, y ya ves, nunca me ha salido el tutearte, pese a que con el paso de los años te volviste indulgente y llegaste a pasar treintaytrés de aquella historia tan caduca que hacía que algunos compañeros se rieran de mí en las tertulias del patio del colegio. Me acostumbré al usted y ahí nos quedamos, estancados. Y ya no cambié el chip, si es que en el fondo soy una carroza, ya te digo…

Pero a lo que íbamos: que no sabía cómo empezar con esta carta, que a estas alturas ya me dirás tú a mí para qué sirve, cuando las cosas hay que decirlas en su tiempo, esto es, cuando los dos están en condiciones de enterarse… y no ahora, que tú estás ya tan pachuchito. Pero igual es por eso… porque ahora que estás así, casi en plan niño, te siento más cercano y menos imponente. Ahora que ya no haces el pino, ni nadas panza arriba imitando a las ballenas, ni dibujas caballos montados por tipos con chistera. Ni conduces ni fumas ni haces crucigramas. Ahora te siento tan cercano que te digo bajito que te quiero, y te beso y te abrazo. Porque antes eras tan grande que yo no me atrevía. Pero no lo lamento, no te creas… Ni muchísimo menos. Porque, aún siendo inabarcable como eras siempre te supe próximo. Y amante. Me gustaba escuchar tus cuentos los domingos, y verte levantar nubes de polvo cortando los tablones. Aún me corren hormigas por las tripas cuando huelo el serrín en el Ikea, que ya ves tú que incongruencia. Que a ti te llevan a un sitio de esos y no harías más que sacarles faltas a los muebles. Y es que nadie trabaja como tú lo hacías. Nadie ya. Todos vamos deprisa y sin fijarnos. Y no escuchamos a los que nos dicen, como hacías tú, que hay que tomarse el tiempo necesario. Y hacer las cosas bien. Y deshacer lo armado si hace falta. Para volver a ensamblarlo en condiciones… ¡Ay, cuántas veces me he acordado de eso mientras andaba armando y desarmando las piezas de mi vida! Y mientras, tú mirabas en silencio. Sin criticar y sin mover un músculo. Pero siempre a mi lado. Siempre atento. Siempre enfadándote si flaqueaba. Porque las cosas para ti no fueron fáciles. Y sabías muy bien que hay que ser fuerte. Y no mostrar bajezas que el enemigo puede aprovechar para atacarnos. Y no desfallecer. No amilanarse. No dejarse pisar y ser valiente. Sin invadir espacios que no nos pertenecen. Ni ambicionar vivir como los otros. Porque nunca se saben las miserias que esconde cada casa.

Y ahora ya ves… no queda nada de eso. Tu cabeza es un totum revolutum donde se mezclan guerras y serruchos. Y ya no sé qué piensas. Y no sé qué decirte. Porque hoy ya todo es obvio. Y accesorio. Y absurdo. Hoy me quedan tus manos solamente. Y en ellas me refugio, emocionada y muda. Primitivo contacto de una niñez remota en que yo no era nada y tú lo fuiste todo.

Es el mundo al revés.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 18 de marzo de 2015



LAS 50 SOMBRAS DE GUAU

“Había pasado ya el momento de intuirse, ese dulce y excitante cortejo de embriagadores aromas y tórridas caricias. Vencidas las resistencias iniciales, ella se hallaba entregada, húmeda y dispuesta, esperando el contacto inminente que le anunciaban sus ansiosos jadeos. No lo miraba ya, pero podía sentirlo firme y muy próximo, su sexo a punto para el momento culminante, buscando el equilibrio necesario para poder penetrarla desde atrás mientras le tanteaba el torso, asegurando así que sus cuerpos no se soltarían a causa de la fogosidad del encuentro.
Le había llevado semanas convencerla. Se sabía bonita y era un tanto arrogante y él, la verdad, no atravesaba su mejor momento. Y además el entorno era más bien hostil, con tanta gente siempre alrededor y ese acompañante de ella, con pinta de estirado, que sin duda hubiera preferido un candidato de sangre azul. Pero la vio y ya no pudo pensar en otra cosa. Y la anduvo persiguiendo cada tarde, seguro de que al fin, más tarde o más temprano, ella se acabaría rindiendo a ese “no sé qué” que poseía y que, a la postre, terminaba por hacer que todas cayeran rendidas a sus pies.

Se dispuso por fin a poseerla. La agarró firmemente y se colocó tras ella, el pecho acomodándose a su espalda y la cabeza un poco ladeada, tan cerca de su cuello que casi babeaba sobre el pelo de su nuca. Ejecutó un certero movimiento para que su sexo se acoplase con el de la hembra, que comenzaba a aullar con sólo adivinarlo...”

-Mierda, el coche- se dijo-. Son ellos que vuelven. Yo a lo mío. Vuelvo a dejarlo todo donde estaba, que como estos se enteren de que sé leer me enseñan a guisar y a hacer las camas y se acabó la buena vida.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Iñaki Cornago Guillén

martes, 17 de marzo de 2015



MUECAS

Van tus ojos hundiéndose en las cuencas,
opacos y vacíos,
hinchados sus contornos
amarillentos, lívidos y secos.
Conozco esa mirada hecha de lágrimas…
esa tristeza gris y endemoniada
que cierra el horizonte a cal y canto
y convierte los días
en una sucesión de sinsabores.

Se apagó el resplandor de tus cabellos
y tus labios se estiran,
tirantes comisuras que esbozan una mueca
que fue sonrisa ayer
y que hoy es sólo es pose.
Sé del dolor que crispa tu rostro blanquecino,
de tus noches en vela,
de tus dudas, tus celos y tu angustia
y ese miedo creciente y tenebroso
que te está aproximando
(bien lo sabes)
al “ya no puedo más”.

Y el reloj va marcando
(tic-tac-tic-tac…)
cada arruga en tu cara,
cada beso de hielo,
cada instante mirando esfumarse la vida,
cada palmo de espacio cedido,
cada golpe a ti misma,
cada día que pasas
sin vestirte de flores,
sin ponerte collares,
sin mirarte al espejo,
sin que nadie te quiera,
sin volver a quererte.

Cada día con él.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de May Ann Licudine a.k.a. MALL

domingo, 15 de marzo de 2015


DORIAN GRAY

Conozco a cierto tipo relevante:
santo varón, dechado de virtudes,
personaje ejemplar, leyenda viva,
estudioso y cabal, hombre de luces,
al que todos imitan, por saberlo
docto en ciencias, en leyes y costumbres.

Conozco, digo, a cierto personaje
con dos identidades paralelas:
la pública, intachable y generosa,
amable, pulcra, dulce y hogareña,
y otra, que sólo muestra ante los suyos,
despótica, egoísta y cicatera.

Conozco, y no es el único, me consta,
a un fulano de formas exquisitas
que muestra en sociedad comportamientos
y afectos que despiertan las envidias
de aquellos que lo miran, y se dicen
“Quién fuera como él… cuánta delicia”

Mas sé de los infiernos que se esconden
en el fondo de su alma despiadada.
Sé lo que oculta, lo que lo avergüenza,
sé lo que piensa y sé lo que se calla.
Gentes hay por el mundo que debieran
ser transparentes como lo es el agua.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 14 de marzo de 2015



NUEVA YORK, 1946

No llevarían mucho tiempo juntos imagino. Y me da también la sensación de que él estaba más interesado en ella que al contrario. Lo da a entender un poco la actitud de la chica, un tanto de dejarse hacer, la espalda casi recta y la mano en el bolsillo mientras él está prácticamente inclinado sobre ella, atento y protector. Un dandy, quién sabe, buscando despertar el interés de su... última conquista. O incluso un hombre enamorado tratando de abrirse hueco en el corazón de ella por medio del amor que se desprende de sus ojos y la calidez que brota de sus manos.

Serán ya viejos, en caso de seguir con vida. Quizá siguieron juntos o tal vez se separaron al poco de ese instante en que un jovencísimo Stanley Kubrick los atrapó en su máquina de fotos. Pero esta imagen trasnochada y un tanto naïf me hace pensar que tampoco hemos cambiado tanto. Mirando la galería de fotos del enlace que aparece al pie de este escrito uno se da cuenta de que el ser humano es emoción, en lo esencial. Cambian los atuendos, los hábitos, la decoración de los vagones… Pero las escenas son idénticas a las que se pueden presenciar en cualquier metro del mundo a día de hoy. O en cualquier calle: amores, desamores, discusiones, indiferencias, recibimientos y despedidas con sus correspondientes cargas de lágrimas y besos, de anhelos y desdenes, de olvidos y esperanzas. Y lo cierto es que me consuela pensar que esas parejas de chavales que veo besuqueándose en los bancos entre guasapeo y guasapeo no me parecen tan diferentes de estos dos enamorados a los que el director de “2001” encerró para siempre en la película de su cámara hace casi siete décadas.

Y es que en cuestión de afectos, creo, nada queda ya por inventar.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen:
http://www.boredpanda.es/fotos-metro-nueva-york-1946-stanley-kubrick/

viernes, 13 de marzo de 2015



TOMILLO Y RETAMA

Me gusta sentarme aquí al llegar la primavera, mirando al río y aspirando fuerte, dejando que los aromas del tomillo y la retama me vacíen el cerebro y dejen así espacio para el canto de los pájaros y el rumor del agua que va convirtiéndose en bramido al acercarse a la presa. Me gusta venir ahora, antes de que los rigores del estío amarilleen los matorrales y la tierra queme, y el sol abrase el pelo y embote la cabeza. Me gusta cerrar los ojos y sentir solamente, como si acabase de llegar al mundo yo también, igual que los brotes renovados y ese calmo torrente cuyos líquidos átomos se desplazan todo el rato en dirección al mar, y notar la tibieza solar sobre los párpados, e imaginar el agua, las aves y las flores. Y respirar profundo. E inundarme de calma y de silencio. Sentir la luz bañándome, un haz de renovadas partículas detergentes que arrastran la penumbra y me iluminan el espíritu.
Como un halo de paz.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 12 de marzo de 2015



PÁJARO

No le gustaba ser niña. Quiso ser pájaro. Desde siempre. Lo intentó muchas veces y de muchas maneras y no hubo forma. Quería elevarse por encima de los edificios. Contemplar el mundo sin vivir en él. Ser distinta a las otras. Aligerar el peso de los dolores y las obligaciones. No estudiar. No ir al cole. No hacer deberes. No jugar incluso.
Sólo quería ser pájaro. Y no cejó en su empeño. Puesto que intuía que nada escapa a quien es lo bastante osado como para adentrase por caminos que otros jamás se atrevieron a hollar.
Y encontró la ruta. Y al fin lo ha conseguido. Abandonar el mundo. Dejar lo terrenal y alzar el vuelo. Volverse inabarcable y luminosa. Inmensa y grácil. Bella y majestuosa.

Ave sin jaula. Pájaro sin nido.
Libre y nada más.

#SafeCreative Mina Cb
“I was introverted as a child. But when we were in dance class, where you had to project and express yourself, it was a release. Somewhere along the way, I realized I loved being able to step out of my shell.” --Jacqueline Green
Copyright Richard Calmes

miércoles, 11 de marzo de 2015



FUERA DE TI

Hay días raros
en los que no te reconoces delante del espejo…
Y no eres tú. Ni es ella.
Soy yo:
No estás contigo porque estás aquí,
vivaqueando a ratos en mi mente,
paseándote, ocioso,
las manos cruzadas a la espalda
(un pelín encorvado y pensativo
como los jefes de los laboratorios)
supervisando todo:
cuatro pasos, media vuelta,
cuatro pasos…
(mi cabeza es pequeña y no hay sitio para más)

Y me debato entre ser una pesada
y continuar con el goteo intermitente de mensajes
cuya única finalidad es la de seducirte
(para qué nos vamos a engañar…)
o esperar tu llegada
lo mismo que se espera la tormenta
tras una tórrida y pegajosa tarde de verano
aún a riesgo
(que todo tiene un precio en esta vida)
de que el chaparrón nos reviente la tertulia a la intemperie
y nos agüe las cervezas.

Y al rato el teléfono me desincrusta del sofá
(benditas amigas)
y tú desmontas de golpe el chiringuito
y te vas, monte arriba,
llevándote tus ojos color miel y tus dientes superpuestos
y yo a lo mío:
me visto, cojo el bolso
y salgo por la puerta
sin haberme atrevido a confesarte
mientras andabas trasteando en mi buhardilla,
(las manos a la espalda y diciéndome que soy extraordinaria)
que lo que yo quiero es ser irresistible y convertirme
en una de esas bacterias que se quedan pegadas a tu piel
y que ningún desinfectante descompone
diluye
o elimina
definitivamente.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Rosaura Trincado

martes, 10 de marzo de 2015



MAÑANAS DULCES

Me gustan estas primeras mañanas dulces de primavera, cuando el reloj no me persigue hasta casi el mediodía y me siento la dueña de mi vida y de mi tiempo. Me gusta dormitar porque sí, sin el condicionante del frío que me espera al salir al exterior. Me gusta abrir las ventanas y dejar la cama sin hacer. Y ver cómo los amarillos rayos de sol se filtran por entre el tejido de las cortinas y llenan la sala de pinceladas ocres, poniendo al descubierto las marcas que las patas de mi gato han dibujado sobre la superficie de los muebles. Me gusta sentarme y desayunar despacio, sin música ni radio, oyendo sólo el ruido de la calle y sin pensar en nada. Como si fuera fiesta. Y luego salir y dejar que mis pasos me lleven hacia el río y la calma. Y alargar el paseo. Y pararme a observar los insectos y las flores que empiezan a apropiarse del paisaje.
Hasta que llega el momento inevitable en que la realidad se impone. Y la hora se echa encima. Y vuelven el trabajo y el polvo de los muebles y la cama sin hacer. Y todo ese rosario interminable de tareas que la especie humana (inteligentes tenemos la osadía de llamarnos) se ha ido imponiendo a sí misma con el paso de los siglos.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Virginia Cuadrado Cocho

lunes, 9 de marzo de 2015



EL PEZ PLATO

No era fácil ser pez plato. Boca arriba la cavidad se llenaba de agua y el peso le empujaba hacia las profundidades. Boca abajo salía despedido hacia la superficie. Y de perfil sólo avanzaba en una dirección. De modo que buscó a otro como él y juntos formaron una almeja. Ahora viven felices en el fondo del mar.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 7 de marzo de 2015



IDIOTAS RECONOCIBLES

Creo que la cavidad craneal de algunas personas está muy desaprovechada. Quiero decir que el relleno puede ser el mismo que el de la mayoría de la población, pero algo falla. O bien las volutas cerebrales se hallan vacías de materia gris, o bien en un momento dado de la gestación la masa encefálica se convirtió en tubo de silicona y el pediatra no fue capaz de darse cuenta, seguramente porque para arrimarse a una teta y succionar tampoco hace falta ser Stephen Hauking. Y así existen centenares (qué digo centenares, puede que millones) de seres humanos que pasan por la vida con el cerebro vacío y sin que nadie haga nada por remediarlo. Y lo peor es que no llevan un indicativo, con lo cual, cuando uno se los tropieza en el transcurso de sus actividades cotidianas (el cine, el trabajo, la cola del súper…) los toma por gentes razonables y sólo al cabo de un rato se da cuenta de que son perfectísimos estúpidos. Y no hablo de seres de inteligencia o capacidades limitadas, no… hablo de imbéciles, sin más. Así como lo leen. De ababoles, de tontos del culo, de gilipollas... De idiotas, claramente y con mayúsculas.

Y esta mañana me preguntaba yo (que de vez en cuando pienso y hasta maquino ideas pseudogeniales) que por qué la Naturaleza, que es tan sabia, desperdicia tanto espacio en el cerebro de estos tipos. Quiero decir que para qué gastar materia prima en rellenarlo, venga neuronas y volutas y sustancia gris cuando el interesado no piensa emplear todo eso en su puñetera vida. Y que se me ha ocurrido que igual era mejor que los cráneos de todas esas gentes fueran llenos de agua, o de flores, o incluso de cohetes. Y que dicho relleno les brotase por entre los poros que albergan el cuero cabelludo, o por los caños de la nariz en lugar de los pelillos, o por las orejas. Y que fueran por ahí desparramando agua, y vegetales, y tracas coloridas... Y que los más estúpidos de todos fueran luminosos. Para que se les distinguiera incluso en la negrura de un túnel y cubiertos de carbón. Y de este modo los veríamos venir. Tú te tropezarías por la calle con un tipo en plan cuadro de Archimboldo, la cara rezumando berenjenas y bróculis y sabrías lo que hay... o con un escultural adonis en plan fuente de Versalles, una palmera de agua manando del cogote y te dirías: “qué pena... tan guapo y tan idiota”. Y ya no te molestarías en dirigirle la palabra. Como mucho, te lo llevarías a casa y lo pondrías a la entrada del jardín, junto al sauce llorón, que pega bastante. Y así te ahorrabas el sistema de aspersión. Y de ese modo el imbécil hasta resultaría útil. Por lo decorativo digo. Claro que habría que tener la precaución de guardarlo a cubierto durante las noches del invierno. No vaya a ser que se le congelasen las ocurrencias y a la mañana nos lo encontrásemos convertido en un carámbano. Y vinieran los de la asociación protectora de atontados, una procesión de fuentes, flores, halos luminosos y cohetes, y nos armasen la de dios es cristo en el jardín. Que los idiotas, cuando se juntan, pueden ser muy peligrosos. Y si no, miren ustedes cómo está de mal el mundo. Y todo porque está gobernado por idiotas. Claro que cuando les votamos no nos damos cuenta. Porque ni sacan agua por la cabeza, ni flores por la nariz, ni chispas por las orejas.

Ni resplandecen.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Óleo de Guiseppe Arcimboldo

viernes, 6 de marzo de 2015





MEDIEVAL

Prometísteme el sol, la luna y su lucero,
deslumbrásteme toda con tu porte y tu acero,
dijísteme “te adoro más que al Dios verdadero”
y olvidéme del mundo y díme a ti por entero.

Más mentísteme al cabo, revelóme un amigo.
Mancillada me veo y embozada te sigo:
Pídele al Dios del cielo que ayer fue tu testigo
que no te halle mi sable… Pues acabo contigo.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen del Festival de Capa y Espada- Santillana del Mar

jueves, 5 de marzo de 2015



CAMINO A JAVIER


Mi padre casi escupió la sopa del ataque de risa que le dio:
“Ni al Plano vas a llegar”- me dijo. “Pero tú vete, vete…”
El punto de encuentro era el extinto kiosko de la Mejana y la cosa no pudo empezar peor, porque a uno de los miembros de la expedición se le rompió una correa de la mochila y hubimos de repartirnos entre todos el surtidísimo y pesado equipo de supervivencia con que había salido de casa. No en vano el muchacho había hecho la mili en aviación y conservaba cierto espíritu aventurero. Claro que eso tenía poco que ver con los cuatro botes de melocotón en almíbar que nadie quiso acarrear y que, pese a sus protestas, se quedaron en Tudela. No así el enorme paraguas negro que, dicho sea de paso, nos vino muy bien como sombrilla.
Porque aquél año fue de los que hizo calor.


La mañana era radiante y en cuanto el sol salió la ropa ya sobraba. La gente bromeaba por el Ventorrillo: reían, cantaban, hacían carreras… Ya al llegar a la recta los ánimos se fueron calmando conforme el asfalto se clavaba en las plantas de los pies y las primeras calenturas se manifestaban. Nos esperaba el reconfortante paso por la panadería de Arguedas y esas fantásticas ensaimadas rociadas de azúcar que entraban a esas horas como pan bendito. Y un café caliente que templaba el estómago y el alma.


Pero poco dura la alegría en casa del pobre, porque la ascensión al Yugo era un poco como las escenas de los dibujos animados donde los muñecos andan y andan y la casa sigue siempre en el quinto pino. La jodida ermita se veía todo el rato igual de pequeña, y el justiciero sol de la Bardena empezaba a hacer estragos, unido al peso de las mochilas que nos hacían combarnos de forma que parecíamos un ejército de caracoles sudorosos. Al fin, y con la lengua fuera, llegábamos a la explanada: el ratico sentados, el almuerzo, el vino, la cerveza y de nuevo las risas y los cantos… y el descenso hacia el Plano, interminable y yermo, con los aviones atronando el horizonte, y ese silencio calmo, y el cielo azul e inmenso, y de nuevo el cansancio y los jadeos, y las calenturas convertidas en ampollas que ralentizan la marcha y nos hacen renquear, y el peso que se va apoderando del espinazo.


Y al cabo el punto de encuentro, y el rancho, y el vino y la conversación, y de nuevo las risas, y el paraguas abierto por el sol de justicia, y quitarse las botas para luego (horror de los horrores) enfundárselas de nuevo y sentir como si los pies acabasen de entrar en las calderas del infierno. Y otra vez Bardena, ya rumbo a Carcastillo, la meta del día, cansados pero alegres porque la etapa acaba. Y ese bendito baño de pies en la Oliva, junto al blanco monasterio donde los monjes destilan caldos y cultivan hortalizas. Y el puente, y el pueblo, y el suelo donde se extienden sin orden ni concierto colchonetas y sacos (el que llega primero elige tarima, el resto tienen que dormir sobre terrazo), y el concierto de ronquidos, y el alboroto de quienes vuelven a las tantas y pasados de copas… y la guardia civil (de esto hace muchos años), y los gritos, y el personal que se despierta y luego se vuelve a adormecer… Porque en el camino no se duerme, sólo se estiran los huesos en horizontal. Y la mañana que llega torpe y dolorida, los cuerpos que se remueven como a cámara lenta, zombis que se yerguen de sus lechos e intentan ajustar sus pasos, como muñecos de hojalata, clac, clac… Y el desayuno en el bar, café caliente y bollos recién hechos, y de nuevo el dolor de cargar con la mochila, los hombros rotos al sentir las cuerdas… Y el tedioso paseo campo a través rumbo a San Isidro del Pinar, fincas sembradas de cereales, secarrales pedregosos, atajos que atraviesan acequias a las que siempre alguien acaba por caerse, caballos que salpican, charcos tan grandes que podrían albergar al monstruo del lago Ness… Y a la postre el pueblecito con su amable parque y su caseta. Y el descanso al sol. Y la mirada puesta en la siguiente etapa: la concurrencia respetuosa y exaltada ante le inminente llegada a la sierra de Peña, donde uno se queda solo con sus piernas y su ego. No hay coches de asistencia. Hay que subir sí o sí.


El camino es largo y agradable, bello y animado. Y la falda es agreste y aireada: se respira verdor. El ascenso es tendido casi hasta el final, ese picacho que se levanta como un grano y que cuesta subir, sobre todo si no has tenido la precaución de aligerar el peso de tu fardo en San Isidro. Los peregrinos jadean y casi no hablan. El sudor y las ganas de llegar a la cumbre, donde uno se sienta, mira al horizonte y murmura “ya estamos, ya estamos… esto ya está hecho” Y se hace una foto. Y hasta contiene las lágrimas. Porque quien llega a Peña ya llega a Javier.
Si no se rompe la crisma a la bajada, claro… porque ese descenso se las trae: escarpado y rápido, hay que hacerlo con extremo cuidado y a veces casi a saltos. Y saberse el camino (bueno, para el descenso de Peña y para todo lo demás, porque con las aventuras de los que se pierden se podría escribir una novela de cien tomos). Y andarse con ojo si el terreno está mojado, porque te puedes dar un culetón de espanto. Claro que todo se olvida al dejar atrás el estrecho camino y salir a cielo abierto, y dejar caer la mochila sobre la explanada, y tirarse al suelo, y rodar hacia abajo, y ver Gabarderal delante, y más allá, a tiro de piedra, las torres de Santa María, y sentir el inconfundible y nauseabundo aroma de la papelera, que te huele a romero verde y a flores de azahar. Y ya los pies se van aligerando, pese a los kilómetros y las calenturas, y el ánimo se alegra, y la carretera se convierte en un río de macutos y chubasqueros de colores, de grupos de gentes diversas, de coches que pasan despacio, de pandillas de ciclistas, de manadas de seminaristas y de curas con sus cruces y sus rezos. Y todos en la misma dirección. Y al fin Sangüesa, donde algunos pasarán la noche de vigilia, otros de juerga y otros dormitando. Y a la mañana, de nuevo las renqueantes articulaciones que se ponen en marcha, y los siete interminables y amojonados kilómetros al fin de los cuales nos espera la meta: el austero y sólido castillo que fue hogar del santo navarro y a los pies del cual nos juramos por lo más sagrado que no repetimos la experiencia ni hartos de cazalla.


Pero casi nunca es verdad.
Porque volvemos.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

miércoles, 4 de marzo de 2015



PLUMA

Quisiera a veces
ser pluma y no roca
y dejarme llevar por el viento,
ingrávida y leve
sin pensar en nada:
abajo y arriba sin rumbo,
vacía de ideas,
libre de pesares,
aquiescente y dócil
y hasta, ¡qué demonios!
un plelín idiota…

O incluso, y ya puestos,
idiota perdida
(para qué mentir...)

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Mónica Carretero Ilustradora

martes, 3 de marzo de 2015



MUCHO MÁRMOL
(Epitafio)

A mi marido.

 Malo, macarra, mentiroso, malqueredor, marrullero, miserable, metomentodo, malpensado, mezquino, manirroto, mentecato, maleante, manipulador, miedoso, meapilas, malcarado, mustio, mojigato, mamporrero, malasombra, mujeriego, mostillo, mugroso, maltratador, mequetrefe, mediocre, morboso, malhablado, machista, metepatas, mandurrutón, malandrín, misógino, minundi, mariposón, maleducado, mameluco, mastuerzo, melón, maltrazado, mendrugo, mangarrán, matacandiles, malcriado, majadero, mostrenco, meticón …

Molesto al máximo…

Y muerto al fin…
Ya era hora.

Aclaración imprescindible: Este epitafio es reversible, esto es, puede aplicarse a personas del sexo opuesto con sólo remplazar unos pocos adjetivos y cambiar el género de aquellos que lo requieran. En caso de duda, consultar con la autora.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 2 de marzo de 2015



FICCIONES

La seducción es una adivinanza:
Eres tú y no eres tú.
Son los túes que yo me imagino,
que ideo,
los túes fantásticos
que yo me fabrico y pongo en un altar.

Es un juego de luces y sombras
que sólo insinúa.
Un tul transparente,
un pálido velo,
un rayo furtivo de sol que se filtra
por la diáfana trama de la fantasía.

Te siento en la noche,
tu aliento en el cuello,
tus dedos flotando en el mar de mi piel…
Te anticipa mi cuerpo
y se apropia tu olor de la estancia,
me estremezco, gimo
y me erizo toda.

Y al fin me adormezco encerrada en tus brazos,
ronronenate y quieta,
serena y feliz,
y sueño tus manos, tus besos, tus túes…
y ese falso encuentro de Corín Tellado
que nunca ha de ser.

#SafeCreative Mina Cb
Fotografía de Ouka Leele

domingo, 1 de marzo de 2015



LA MADRE NULÍPARA

Las sábanas estaban empapadas de sangre y fluidos cuando el llanto la despertó. Se hallaba guarecida en su regazo, justo en la cavidad formada entre las rodillas y el vientre recogidos en posición fetal. Era diminuta e idéntica a ella. Arrancó con los dientes el cordón umbilical que hacía las veces de antena del radiorreloj y la acercó a su seno. Le brotó de inmediato y sin que se sorprendiera un líquido pálido y acuoso, como el zumo de pera de los supermercados, que la pequeña succionó con avidez para más tarde dormirse plácidamente sobre su pecho. Fue así como las sorprendió el marido al volver a casa a mediodía, justo antes de decir que estaba muy bien eso de ser padre pero que él hubiese preferido un home cinema.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Maternidad", de Sebastián Lazos