SI ME QUISERAS, TE LO COMERÍAS
(SI NO TE LO COMES AHORA TE LO PONDRÉ PARA MERENDAR)
Ya sé que parece no venir a cuento por por razones en las que no profundizaré estos días estoy conviviendo con un loro. Que tú dirás, ¿y a mí que me importa? Pero sí, te importa y mucho. Y si no, sigue leyendo.
Veamos: todos tenemos un alimento que nos negamos a comer. En mi caso es el hígado, pero sé de alguien que no soporta la tortilla de patatas. Y de otra persona que se niega por sistema a comer macarrones. Mi padre aborrecía las espinacas y tengo dos primos, uno de los cuales no come berza y otro que dice que si el mundo se acabase y sólo se pudiera sobrevivir comiendo queso preferiría morir de inanición. Por otra parte tuve un novio que, en cierta ocasión, y aún sabiendo de mi aversión por el tomate crudo me soltó al mamarrachada aquella de “Si me quisieras probarías este tomate confitado”. Que yo le puse cara de asco y le dije algo así como si tú me quisieras no me obligarías a poblarlo, aunque lo cierto es que ahora, ya desenamorada, pienso que lo que tenía que haber hecho es levantarme de la mesa y mandarlo a la mierda por chantaje emocional.
Pero en fin... a lo que iba. Que todo el mundo tiene un sabor que le produce repulsión desde el origen de los tiempos. Si la causa del rechazo es traumática o de otro tipo es tema aparte, pero todos tenemos ESE alimento hacia el que sentimos una aversión que ha superado todos los periodos de la vida, incluidos el “si no te lo comes a mediodía te lo pondré de merienda” de las madres, el “si me quisieras probarías esto” de los novios y el “es anticancerígeno” de los perroflautas.
Y ahí es donde entra el loro. Que cuando me lo trajeron me dijeron eso de que es omnívoro y mentira. Omnívoro no es. Porque las uvas y las fresas y las magdalenas bien que se las trinca, pero he probado a darle puerro y nones. Nones de nones. O sea eso de que se lo pones delante y el bicho lo olisquea y te mira con ojos de “pa ti” y si insistes en lugar de eso abre el pico y como se lo acerques más, al puerro no sé, pero lo que es a ti te mete un mordisco de los de antitetánica.
Que es precisamente lo que pienso hacer yo la próxima vez que un churri me vuelva a soltar la frase de “Si me quisieras probarías esto”.
#SafeCreative Mina Cb