martes, 9 de noviembre de 2021


 

PIROPOS "DE MAL GUSTO"

El otro día un viandante al que a veces me encuentro por los caminos me preguntó por qué llevo un bastón “si no lo uso”. Y yo le respondí que precisamente para no tener que usarlo. Y que hace muchos años otro andarín me recomendó que me hiciera con uno y mano de santo, la verdad. El hombre quiso profundizar en la cuestión y me preguntó qué cosas me habían pasado y dónde. O sea en plan no será tan grave y seguro que ha sucedido en lugares por los que transita poca gente. Yo le referí un par de casos, el primero el de un tipo al que le hice la peineta, giró el coche y se vino tras de mí, y el segundo el de un fulano que paró el vehículo en un tramo del camino de la Mejana y me dijo que quería conocerme y que si tenía novio y al que, tras mandar a paseo, me topé de nuevo a la salida del camino, cuando ya me iba para casa, y me saludó, socarrón, para que no me pasase desapercibida su presencia. “Hombre, es que hacerle la peineta...”- me dijo el hombre. Yo me quedé atónita. “Se la hice - respondí- porque él había bajado la ventanilla para hacerme un gesto obsceno, y tendría webs que mi respuesta hubiera supuesto una provocación.”
- “Ah… en ese caso... ”- apuntó. “Y lo del otro, pues no es más que un piropo con poca gracia, que el muchacho igual sólo quería conocerte”.

Un piropo con poca gracia. Claro. Como ese de “Me pones cachondo”, o ese otro de “Si yo fuera tu marido te iba a follar hasta que te cayeras muerta”, ambos provenientes de dos personas diferentes y escuchados en lugares distintos. Pero claro, sólo son eso: piropos de mal gusto. Que te los suelta un albañil desde un andamio y hasta te hacen gracia de no ser que seas una feminazi (yo no me considero como tal), pero que te los dice un tío en mitad de un camino por donde no transita nadie y echas a correr como si no hubiera un mañana. Porque locos hay cuatro, vale. Y momentos malos de verdad tienen muy pocos. Pero cuando una mujer se tropieza con uno de esos cuatro locos y en uno de esos momentos malos en un camino solitario y resulta que al tío le pone cachondo o se le ocurre que de ser su marido la iba a follar hasta que se cayera muerta la tía está jodida pero de verdad. Porque tiene todas las de perder y ambos lo saben. De modo que, a ver si aunque no sea más que por respeto, vamos dejando de considerar normales ciertas conductas y exageradas ciertas respuestas porque, para saber lo que se siente cuando una cosa de esas te sucede, tienes que ser mujer.

De modo que, mis queridos amigos de lo “normal”, por lo que a mí respecta, os podéis ir metiendo la lengua por el culo.

#SafeCreative Mina Cb 

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