APAGÓN

Se avecina, nos avisan
un apagón general
que nos va a dejar a oscuras
y en plan inútil total.

Dicen que puede durar
varios días el suceso
y que hagamos buen acopio
de latas de berberechos

y de velas y cerillas
y de billetes de banco
porque si se va la luz
va todo a tomar por saco:

no funcionará la tele,
tampoco el ordenador
ni el móvil, ni la nevera,
ni la plancha de vapor.

No podrás mandar washapps
ni ir a ver a tus amigos
porque no oirán el timbre
y puede que ni tus gritos.

Trabajar, si es que es posible
se volverá complicado
y en las calles, por la noche
no se verá ni a dos palmos

y en cuanto se haga de noche
sin tele y sin internet
estaremos en la cama
para las nueve o las diez.

Será como hace unos meses
con el tema del Covid:
todos quietos en la mata.
Sólo comer y dormir.

Y nos pasará lo mismo
que nos pasó hace año y medio:
que estábamos avisados
y no pusimos remedio

y nos pillará la cosa
sin pilas y sin linterna
y todavía con rollos
de higiénico en la alacena.

Los que estoy yo bien segura
de que han tomado medidas
son los grandes empresarios
que llenan las oficinas:

habrán hecho buen acopio
de equipos generadores
para que estén bien surtidos
todos los trabajadores

y la producción no pare
aunque falle el suministro,
que esta gente, todo el mundo
sabe ya que son muy listos.

Así que a las cinco y media
sonará el reloj de pilas,
te tomarás un café
de sobre con leche fría,

sacarás la bicicleta
(si al tienes, claro está)
y con la linterna a pilas
te irás derecho a currar

y luego, cuando ya des
de mano a las dos y media
al sofá con un bocata
y el brasero de la abuela.

Ni ducha de agua caliente
ni cañitas en el bar
ni café de la Nespresso
ni listas de Spotify.

Ni tortilla de patatas
ni cine de los domingos.
Como esto sea verdad
vamos a estar bien jodidos.

#SafeCreative Mina Cb