jueves, 28 de diciembre de 2023


 

EL PENDRIVE DEL SAXOFONISTA

Os juro que si ahora mismo me pinchan no me sacan una gota. Estoy atónita, con el teléfono recién colgado sobre la mesa y sin poder creerme aun lo que me acaba de pasar. Y atacada de los nervios, que no sé si saltar, gritar desde el balcón o irme al súper a comprar la botella de champagne más cara que haya y bebérmela de un trago.

A ver, que me emociono y se me va enseguida el santo al cielo.

Llevo días recibiendo unos mensajes raros. Quiero decir de esos que no los abres porque te da que son un timo. Me han estado llegando por correo electrónico y los mandaba al Spam directamente. Hasta que ayer empezaron a llegar llamadas. Cuatro mientras estaba trabajando. Que no me molesté ni en contestar porque eran de un teléfono desconocido y, suponiendo que se trataba de un tema comercial, bloqueé al usuario y santas pascuas. Pupa caca veneno. Y esta misma mañana he comprobado que mi móvil había filtrado varias llamadas del citado número. Y lo mismo, ni caso. Pero el caso es que mientras pasaba la mopa me ha sonado el fijo. El fijo, que ya nadie me llama por ahí. Y ese suelo cogerlo porque es tan viejo que ni tiene identificación de la llamada entrante. Y lo cojo y me dicen, tras saludarme llamándome por mi nombre, no sé qué de Berry. Y yo ya estaba haciendo lo de siempre, que es esperar a que cogieran aire para decirles que no me interesaba. Hasta que de repente oigo la palabra “poema” y me saltan las alarmas. Alguna editorial de estas que te quieren sacar pasta, me digo. Pero los dejo hablar. Y así, como entre música de violín desafinado, el apellido “Sabina” se desliza por la línea telefónica. Y yo exclamo que comocunadoqué. Y que de dónde han sacado mi teléfono. Y el poema, que no está publicado ni en el blog. Y me hablan de un pendrive. Y me quedo, los dedos en las sienes, estrujándome los sesos para hacer memoria. Porque estos tienen que ser de una emisora de radio de esas a las que llaman tus colegas para que te gasten una broma. Va a ser el Mikel, que es un cabroncete. Pero es que ese poema no lo ha leído nadie. Sólo una vez… pero, ostia, no puede ser. Y de pronto ato cabos y en efecto. Zaragoza, Pabellón Príncipe Felipe. Mi amigo Rafa y yo nos vamos al concierto de Sabina. Al acabar el mismo Rafa, que es de Ejea y por tanto colega del saxofonista de la falda escocesa, le entrega, para que se lo haga llegar a Joaquín, un pendrive en el que yo había grabado varios textos y en el que, por supuesto, adjuntaba mis datos personales. Y parece que el dispositivo llegó hasta su destinatario ya que, según me acaba de decir la productora del artista, éste quiere adaptar mi texto “Más allá de tu cuerpo” para convertirlo en uno de los temas de su próximo disco. De hecho, en unos días me van a hacer llegar la documentación con los términos legales.

Flipando estoy.

#SafeCreative Mina Cb

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