DRAMA EN TRES ACTOS Y CUATRO CUADROS
La buscó en los anaqueles del armario grande.
Estaban revueltos, como de costumbre,
porque ella es un desastre
y además le da igual.
Aún no halllándola,
aprovechó la coyuntura
para sujetar un tornillo
que se soltó hace meses.
Pasó después al baño,
al armarito de los frascos altos,
y más tarde al ropero,
en donde abrió cajones,
removiendo las perchas
y hasta sacudiendo calcetines
por si se había escondido en uno.
Fracaso total.
Fue luego a la cocina,
miró donde los platos,
donde los cubiertos,
donde las sartenes,
en la nevera y el escurreplatos,
en el congelador
y hasta dentro de la lavadora
(incluso debajo,
por si la había escondido el perro)
Salió, finalmente, a los balcones
y sólo había frío y pinzas de tender.
Y al final,
ya cansada de dar vueltas,
fue a tirar la basura y justo entonces,
junto al contenedor,
reparó en el horrendo espejo rococó y la vió,
la mirada resuelta,
la sonrisa de antes…
Y supo
que el drama en tres actos y cuatro cuadros
estaba
a punto de acabar.
#SafeCreative Mina Cb
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