CUESTIÓN DE TAMAÑO
Tengo yo una amiga
de cascos ligeros
que una noche loca
topó con un negro.
Empezó el asunto
como siempre empieza:
con bromas, miradas
y algunas cervezas.
Fue pasando luego
el tema a mayores
y entraron las bocas
a hacer sus funciones.
Llegado el momento
surgió la gran duda:
¿Qué hacemos ahora
que se ha puesto dura?
Y la chica dijo:
Vamos aquí al lado
que hay un hotelito
la mar de apañado.
No quiso la moza,
prudente como era,
ir a casa de él
o él a casa de ella,
porque si, más tarde,
se tuercen las cosas
puede ser tragedia
la furia amorosa.
Fueron al hotel,
siguieron el juego
y la pobre chica
casi se va al suelo
cuando el morenazo,
ya sin pantalón,
dejó al descubierto
su oscuro bastón.
Pero, como dicen
que el tamaño importa,
no quiso perderse
la ocasión la moza.
Mas no fue tan chachi
como algunas cuentan,
pues con tanto brío
le averió una pierna.
Como era tan larga
le llegó hasta el nervio
y en vez de de gusto
gemía de miedo.
Y el chico, a lo suyo,
feliz como estaba
pensando que a ella
también le gustaba.
Y ella, pobrecilla,
por no quedar mal
aguantando el tipo
sin ver el final.
Al día siguiente
cuando despertaron
le dijo el maromo
de verse otro rato.
La joven, modosa,
por no hacerle un feo
y aún dolorida,
mintió: “Ya hablaremos”.
La llamó cien veces
el pobre chaval...
Perdía su tiempo:
No la verá más.
#SafeCreative Mina Cb
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