domingo, 27 de octubre de 2019




12+12

A ver... que yo no sé cómo pudo suceder. El hada me lo había dicho bien claro: a las doce a casa. Y yo eso hice: en cuanto sonó la primera campanada tomé las de Villadiego no fuera a ser que me se me hiciera tarde. Fíjate que ni del príncipe me despedí, que ya me jodió, para una vez que ligo en condiciones. Salí a escape y me dije, ya daré con él, malo será que no tenga ni feisbu ni instagram. Que es mejor una retirada digna que quedarse y que la cosa acabe a saber cómo. Y es que esos bailes empiezan súper tarde, con la cena de gala y todo el monario. Y luego el besamanos y los brindis y la peña que lo quiere saludar, que parece eso una boda de pueblo. Así que a poco no nos quedamos a solos él y yo. Y eso que fue un flechazo, que él me vio en una de esas páginas de buscar novios y en seguida me citó para la cena. Y a continuación eliminó su perfil. Y a mí lo del misterio aún me animó más a conocerlo. Y ya cuando llegué al palacio ni te cuento. Menuda choza, que menos mal que el hada madrina me apañó el Mercedes, los Manolo Blahnnik y el Armani, que si no ni de coña paso los controles. 

En fin... que todo había salido como la seda cuando, no sé cómo ni por qué, cuando ya estaba en mi casa a eso de la una, reaparecí de nuevo en el palacio con la mascarilla de pepino, el esquijama y las pantuflas llenas de pelo de los gatos. Me dijo el hada que ha podido ser cosa del cambio de hora, que produjo un desfase que pudo dar lugar a un desdoblamiento de la medianoche. El caso es que los de seguridad me echaron del palacio y tuve que volverme a casa a pata, porque en el esquijama no llevaba pasta y del Mercedes no quedaba ni la estrella. 

SafeCreative Mina Cb

No hay comentarios:

Publicar un comentario