ALTER EGO
Acabo de descubrir que tengo el don de la ubicuidad, que para quien no le suene el palabro, es la capacidad de estar en dos sitios a la vez. Claro que ese alter ego mío que lleva la vida paralela me ha salido un poco manirroto, porque malgasta mis perras mientras que yo trabajo. Tal y como lo cuento: no se dedica a dormir, ni a sentarse bajo un árbol con un libro, ni a pasear al sol, ni a echarse una cañita, que aún siendo un gasto sería tolerable. No: el muy cabrón se funde mi dinero en un fast food, que hay que tener un mal gusto de narices. Se pule 21 pavos y paga con mi Visa. Y en Italia aún encima. Que como sea Roma ya es para matarlo, porque fui una vez y vine aborrecida, como para volver. Aunque menos mal que solo me ha pasado la cuenta del menú, que si ya me mete el avión y el hotelito me deja con el culo al aire y el colesterol por las nubes. Y yo aguantando carros y carretas en el curro como una gilipollas. Me llamó la atención un pago en un día en que yo no había usado la tarjeta y los del banco me han dicho que es un fraude. Claro que ahora, para denunciarlo, tengo que demostrar que estaba trabajando: ficheros y demás. Porque si no lo mismo los de Visa, con tal de no soltar la mosca, argumentan que soy maga y tengo el poder de desdoblarme kilométricamente y me quedo compuesta y sin dinero. Y sin haber viajado encima. Y menos mal que, como digo, puedo probar que estaba en el tajo, que si me pilla en tiempo de ocio lo mismo no me creen. Aunque, como medida preventiva y porque de verdad la aprecio, ya he avisado a una amiga que tiene un hijo sonámbulo que el otro día amaneció ya de uniforme, sentado en la mesa de la cocina delante del café con leche y las galletas para que le diga que se ande con cuidado. Que lo mismo tiene, como yo, un alter ego derrochón, y como se le funda la pasta por las noches puede darse por jodido.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Andy Warhol
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