MÚSICA CONTRA LA GUERRA
(Una campaña de "Músicos sin fronteras")
Despertó junto a ella. Se oía muy cerca la respiración pausada del pequeño Basim, que tenía sólo un mes. Los miró a ambos, girando la cabeza a un lado y otro. Ella se había empeñado en llamarle así, “el hombre que sonríe a la vida”. Tiene gracia, en esas circunstancias. Se tragó un suspiro para no despertarlos mientras pensaba qué sería de él en el futuro. Si llegaría a salir de aquel maldito campamento para poder vivir en libertad en un país distinto. O si esa guerra se acabaría un día y podrían construir su propia casa después de limpiar de ruinas la ciudad. Si podría ir al colegio, conocer a una mujer y tener con ella hijos con los que jugar y que tuvieran la suerte de verlo envejecer.
Suspiró por fin y se acercó hasta él para besarlo. Justo entonces la oyó en el exterior. No sonaba al oud sino a la guitarra, pero sus acordes le trajeron de inmediato la imagen de su padre, sentado en la cocina, tocando aquella vieja nana, mientras él y su hermana lo escuchaban, fascinados, tumbados boca abajo sobre la gran alfombra, la cabeza apoyada en las palmas de las manos, aspirando el aroma del té que hervía en el fogón mientras su madre canturreaba, haciendo tintinear los vasos.
Salió de la tienda y vio a lo lejos a un hombre de aspecto occidental, con pelo corto pero ropas orientales, la mirada fija sobre el instrumento, los dedos jugueteando con las cuerdas. Se aproximó lentamente al lugar donde aquel desconocido, que tendría más o menos la edad de su padre la noche en que la melodía, que aún hoy él mismo cantaba a veces, acunando a su bebé, se vio interrumpida por una tremenda explosión que en unos segundos lo dejó desamparado y huérfano en mitad de un barrio lleno de humo y de cascotes, y lo miró, hipnotizado y tembloroso, la cabeza llena de recuerdos dulces de tantas y tantas horas escuchando ese sonido mientras la leña ardía en el hogar.
Justo en ese momento Basim se agitó, risueño y complacido por la sonora novedad, y él, por fin, después de muchos años, y apretando fuertemente contra el pecho a su pequeño, fue capaz de llorar.
#SafeCreative Mina Cb
Texto creado para una campaña de recogida de instrumentos para Siria puesta en marcha por Músicos sin Fronteras. La donación será entregada a los refugiados de los campos de Domiz y Duhok. Si alguien está interesado en donar que me contacte por privado y le pondré en contacto con una persona responsable de la campaña en Tudela.
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
martes, 18 de mayo de 2021
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