FERIAS Y FIESTAS
Acabo de leer la normativa que regirá las ferias y fiestas patronales en La Rioja (la de Navarra aún no ha salido) y he tenido que mirar el calendario un par de veces para asegurarme de que no era 28 de diciembre. Que para mí que de esta mañana a ahora lo han cambiado, porque esta mañana creo haber leído la palabra “chupinazo” y ahora ya no está. Y donde la palabra “chupinazo” venía, en el mejor de los casos, un aforo limitado a diez metros cuadrados por persona hasta un máximo de mil. Personas, claro. Y yo, que tengo más ganas de blanco y rojo que un político de pillar sillón, me he empezado a imaginar la plaza con una sola charanga, con los miembros esparcidos por los balcones para no restar sitio al populacho, y luego al personal con el katxi y cuatro o seis vasos de plástico sobre un carrito de esos de servicio en el que irían además el gel y todas las mandangas profilácticas, sirviéndose con guantes desechables para luego dar un empujón al carro y enviárselo al otro miembro de la cuadrilla. Que lo bueno es que mira, calor no pasarán, pero claro, no es lo mismo. Y las hostias que va a haber por coger sitio como no se asigne por Internet. Y si se asigna por medio digital os aseguro que se acaban las entradas antes que las de un concierto de los Rolling.
Lo de las ferias y los accesos a las atracciones también tiene su aquél, porque habrá una calle marcada para cada dirección. Que a los adultos nos parecerá una tontería, pero que se lo cuenten a la chiquilla de doce años que no va poder planificar un encuentro casual con el chico que le gusta (a esa edad controlas la hora a la que él y sus amigos vuelven de la feria hasta sin Instagram) y así poder llevárselo a la Revoltosa. Que esa es otra. De la Revoltosa no dice nada porque sólo hay aquí, pero me imagino en el kiosko al Igor con la batuta y luego tres o cuatro instrumentistas. O al Toquero emitiendo desde un altavoz la melodía mientras se hace un selfi para colgarlo en Facebook. Y solamente tres corredores que habrían reservado plaza y todos en la misma dirección para evitar encontronazos. Y las verbenas con los jóvenes bailando a dos metros, como cuando los yeyés, y los abuelos marcándose los pasodobles con una distancia entre los bailadores como para que pase un tren. Y el gel hidroalcohólico en los bares de las peñas, con el peligro que puede tener si lo confundes con vodka, o lo resbaladizo que es cuando se cae al suelo.
Y sobre todo lo de no poder consumir fuera de las zonas establecidas. Que unas fiestas sin ir arrastrando el katxi de cerveza por la calle durante horas no serían lo mismo. Y eso por no hablar del bocata que te compras en la feria para irte a ver los fuegos a la campa de junto a Ribotas. O lo de las meriendas de la plaza, que lo mismo te pillan los forales con la tartera de ajoarriero por la Avenida Zaragoza y te meten un multazo del copón.
Vamos, que no sé si habrá fiestas, pero si las hay y van a ser así como que prefiero irme a ver chorbos en pelotas a una playa nudista de Almería.
Eso sí, con mascarilla.
#SafeCreative Mina Cb
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
viernes, 7 de mayo de 2021
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