QUIEN LA TENGA QUE PARAR

Me despierto de la siesta
y al conectarme al guasáp
veo que alguien me ha enviado
unas fotos de flipar.

Y me digo: Van a ser
las alubias con morcilla
que hacen que vea visiones
porque debo estar dormida.

Ya que si no es un montaje
lo que ahora mismo estoy viendo
es que alguno me ha metido
en la máquina del tiempo

y en lugar de despertar
en el 2021
he vuelto al 1900
digamos cincuentayuno.

Aunque, a decir de las pintas
que se gasta el personal
la imagen tiene el aspecto
de ser de lo más actual

no sólo por los ropajes
o el peinado de la chica
sino porque, aunque no muchas,
se ve alguna mascarilla

y, que yo recuerde al menos
en los cincuenta, en España,
por no colarse, de fuera
ni los virus se colaban.

Pero ahí están, como antaño,
con su camisita azul,
lo mismo que la muñeca
del celeste canesú

y con el mismo discurso
que el Fhürer utilizaba
y que se saldó en Europa
con una brutal matanza.

Y, coreando los vivas
a semejante locura
con vestiduras talares
se suma a la fiesta un cura.

No soy Segismundo, pues,
soñando a lo Calderón
ni esto es la España de Franco
o un programa de La Dos,

que más bien es el futuro
al que se puede llegar
si a esta gente no la para
quien la tenga que parar.

#SafeCreative Mina Cb