DIEZ EUROS
Mi dignidad vale diez euros y lo sabes.
Los llevas en la mano.
No has tenido un buen día.
Lo noto nada más verte cruzar la puerta.
Vienes de caza y has de llevarte por delante a alguien sí o sí.
El café estará frío.
El pan estará caro.
La luz será muy fuerte.
El corte de pelo te decepcionará.
Y entonces ejercerás tu derecho a la cólera.
Te apostarás ante del mostrador y comenzarás a disparar.
Levantarás la voz para que todos te escuchen y quede bien patente tu poder.
Y al otro lado el uniforme mudo asentirá, sumiso.
Te pedirá disculpas y bajará los ojos mientras tú depositas,
triunfante,
tu maldito billete entre sus manos.
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