viernes, 6 de junio de 2014


EL HOMBRE QUE QUERÍA SER OTRO

Le pasaba como a todos. O más bien no. Porque él era realmente diferente. Digo que le pasaba como a todos porque quería ser como los demás y no como él mismo. Y mira que lo tenía todo: era culto, guapo, atento..., cariñoso… hasta sensible y un tanto femenino, que eso es algo que a las mujeres les encanta pero que ellos ocultan pensando que en el macho lo que mola es la testosterona, el tocarse el paquete y el hacer concursos de a ver quién manda más lejos un escupitajo.

Pero él era así, tal cual, y le daba tanta vergüenza demostrarlo que se pasó la vida fingiendo ser otro, vaya tontería, porque en el fondo no podía ocultar su propia esencia, que era lo que atraía a los otros hacia él. Pero estaba tan ocupado en ensayarse a sí mismo que no se daba cuenta de que era su propio yo, y no aquél ficticio que se había construido, lo que le hacía tan magnético e irrepetible…

Y así pasó sus días, uno detrás del otro… reinventándose, escenificándose, despertando la envidia y la admiración de todos y sin llegar jamás a amarse o a aceptarse, ambicionando la estatura de éste, la fortuna de aquél o la inteligencia del otro.

Murió al fin, como moriremos todos. Y sólo cuando el momento se acercaba supo ver quién era de verdad, e interpretar las muestras de afecto de los se acercaban a darle el último saludo. Y se dio cuenta de que había malgastado la existencia en simular mil vidas en vez de emplearse a fondo en vivir la propia. Y de que lo único cierto que iba a experimentar era, por primera vez y demasiado tarde, su propia muerte.

#SafeCreative Mina Cb

2 comentarios:

  1. Eres rápida, no pensaba ser tan convincente. He ojeado también tu otro blog y me parece genial. Saludos desde mi mejana

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    1. La verdad es que lo tenía abandonado. No cuesta tanto actualizarlo, la verdad. :-)

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