lunes, 21 de octubre de 2013




ESCRIBO…
 
Escribo, y mis ideas se transforman
en animados mástiles de tinta…
Escribo, y mis pesares se reflejan
sobre el espejo de las blancas líneas.
 
Escribo, y los dolores se atenúan:
grafismos con efecto de aspirinas…
Escribo, y los conflictos se desmembran
como el sol descompone la calima.
 
Escribo, y los deseos más secretos
se hacen máxima, cuento, poesía…
Escribo, y al amparo de las musas
me permito vivir distintas vidas.
 
 
Escribo, y los silencios angustiosos
que me encogen el alma y me intimidan
se mudan en tremendos alaridos
que espantan mis temores y me alivian.
 
Escribo, y al hacerlo los fantasmas
que sin ser invitados me visitan
se retiran vencidos, desbordados
por la fuerza del ángel que me habita.
 
Escribo, y escribiendo me reinvento:
me elevo varios metros por encima
de mi cuerpo, y así puedo enfrentarme
al dragón que me guarda de mí misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario