HOJAS SECAS
Duermo y sueño que marcho al final de la tarde
sobre un tapiz crujiente de hojas secas.
Está grisáceo el cielo tras la lluvia
y es opaco y sin nubes el paisaje
y el silencio se expande y se apodera
incluso del sonido de mis pasos.
Apenas puedo verme, apenas ya me escucho:
me adivino tan sólo surcando la grisura,
hollando la hojarasca,
enterrando las botas entre las piedras sucias,
levantando montones de polvo humedecido:
algo que hacer, algo que ver, algo en que
proyectarme...
Algo que me permita ser consciente
de que aun existo y sólo estoy durmiendo…
Un indicio, un esbozo, una palabra… hasta un
simple estornudo
que acuchille el silencio de este cielo
cubierto
y rasgue en dos mitades desiguales la tarde.
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