martes, 15 de febrero de 2022


 

ROMANCE DEL RÍO,
EL HOMBRE Y LA CIGÜEÑA

Noté el otro día
debajo del nido
un raro revuelo
de gentes y gritos.

¿Adónde van estos-
me dije- un domingo
cargados de arneses
en un carretillo?

Temí, pues los hombres
suelen ser malignos
que fuera su empresa
echarnos del sitio

y estuve en la rama
con el alma en vilo
sin mover las plumas
ni decir ni pío

mientras esperaba,
temblándome el pico,
la flecha, la sierra,
el hacha o el tiro.

Respiré muy hondo,
recé muy bajito
y miré hacia el cielo
azul e infinito

donde tantas veces
me había mecido.
“Se acabó”- me dije-
“Ha sido bonito”.

Mas no eran las cuerdas,
como hube creído,
escalas que habían
de llegar al nido

sino largas lianas
de recio tejido
con las que sacaron
todos los residuos

(escombros, basura,
bidones vacíos…)
que hubo en el barranco
en el que yo habito.

Llenaron el carro
con sus desperdicios.

Mientras se alejaban
sonreía el río.

#SafeCreative Mina Cb

Imagen: Recogida de los residuos de un barranco
en el transcurso de la limpieza de las orillas del Ebro
el pasado domingo.

Las cigüeñas que había en el árbol ni se movieron.

Moraleja: Los barrancos no son escombreras.

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