“IF SOMETHING WORKS, DON'T CHANGE IT”
Ya sé que soy viejuna. Me lo recuerda el espejo cada vez que me miro. Me lo recuerda ese chico que acaban de presentarme y me salta: “Tú tienes que conocer a mi madre”. Me lo recuerdan los hijos de mis amigas, que acabaron hace tiempo las carreras y las empiezan a hacer abuelas...
Y me lo recuerdan las putas actualizaciones de los portales informáticos, que se empeñan en ofrecerme novedades que me hacen maldita la falta.
Llevo semanas renunciando al nuevo Facebook, que no hace sino poner en evidencia que soy una cegata con su mega novedosa presentación con letras XXL. Yo le voy dando largas y él insiste, y sé que más tarde o más temprano habré de resignarme a ese formato tan espantoso porque no me va a quedar otra, que para eso mandan ellos y no cobran, dicen. De modo que el día que esa monstruosidad se despliegue ante mis ojos y el menú de opciones no me permita volver a lo de antes, pues tendré que internarme en la configuración e ir cambiando cosas. Que me da una pereza del patín pero es cuestión de tiempo.
Aunque lo peor es que, por si esto no era suficiente, los de Blogger, que deben de ser postulantes de la misma mafia, se han unido al complot y han cambiado también la pantalla de edición. Y, como las desgracias nunca vienen sola, este Mac mío, obsoleto y senil como su dueña (tú lo que necesitas es un Mac, me dijo mi sobrino, aunque sea de segunda mano), no admite las actualizaciones necesarias para el correcto funcionamiento del editor (del mismo modo que no me reconoce un micro, unos auriculares o unos altavoces: moraleja, no te compres un Mac). No me las admite al menos en el Chrome, que es el que yo manejo habitualmente. Porque el Mozilla ya lo dejé por imposible porque no me dejaba hacer algunas cosas por la misma razón. Y aquí me tenéis ahora, queridos amiguitos y amiguitas, manejándome con dos navegadores, ciscándome en todo lo barrido al recordar esa frase británica de “If something works, don't change it” (si algo funciona no lo cambies), preguntándome si esta gente lo hace adrede o es que les pagan algo para que nos machaquen la autoestima y nos hagan sentir sentir unos inútiles y echando mano de toda mi paciencia para no abrir el balcón y tirar a la calle el puñetero Mac, que según mi sobrino me hacía tanta falta.
Cuando lo que a mí de verdad me hace falta es acertar la primitiva y dejar de trabajar.
#SafeCreative Mina Cb
Ya sé que soy viejuna. Me lo recuerda el espejo cada vez que me miro. Me lo recuerda ese chico que acaban de presentarme y me salta: “Tú tienes que conocer a mi madre”. Me lo recuerdan los hijos de mis amigas, que acabaron hace tiempo las carreras y las empiezan a hacer abuelas...
Y me lo recuerdan las putas actualizaciones de los portales informáticos, que se empeñan en ofrecerme novedades que me hacen maldita la falta.
Llevo semanas renunciando al nuevo Facebook, que no hace sino poner en evidencia que soy una cegata con su mega novedosa presentación con letras XXL. Yo le voy dando largas y él insiste, y sé que más tarde o más temprano habré de resignarme a ese formato tan espantoso porque no me va a quedar otra, que para eso mandan ellos y no cobran, dicen. De modo que el día que esa monstruosidad se despliegue ante mis ojos y el menú de opciones no me permita volver a lo de antes, pues tendré que internarme en la configuración e ir cambiando cosas. Que me da una pereza del patín pero es cuestión de tiempo.
Aunque lo peor es que, por si esto no era suficiente, los de Blogger, que deben de ser postulantes de la misma mafia, se han unido al complot y han cambiado también la pantalla de edición. Y, como las desgracias nunca vienen sola, este Mac mío, obsoleto y senil como su dueña (tú lo que necesitas es un Mac, me dijo mi sobrino, aunque sea de segunda mano), no admite las actualizaciones necesarias para el correcto funcionamiento del editor (del mismo modo que no me reconoce un micro, unos auriculares o unos altavoces: moraleja, no te compres un Mac). No me las admite al menos en el Chrome, que es el que yo manejo habitualmente. Porque el Mozilla ya lo dejé por imposible porque no me dejaba hacer algunas cosas por la misma razón. Y aquí me tenéis ahora, queridos amiguitos y amiguitas, manejándome con dos navegadores, ciscándome en todo lo barrido al recordar esa frase británica de “If something works, don't change it” (si algo funciona no lo cambies), preguntándome si esta gente lo hace adrede o es que les pagan algo para que nos machaquen la autoestima y nos hagan sentir sentir unos inútiles y echando mano de toda mi paciencia para no abrir el balcón y tirar a la calle el puñetero Mac, que según mi sobrino me hacía tanta falta.
Cuando lo que a mí de verdad me hace falta es acertar la primitiva y dejar de trabajar.
#SafeCreative Mina Cb
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