MARIPOSAS
La mariposa es un volátil modesto. Quiero decir que no tiene el señorío de un águila, o el azulado brillo del martín. Pero es ágil y etérea, y aletea, casquivana, entre las flores, baja de vuelo pero capaz de llegar lejos. Y es capaz, además, de alinear sus alas al posarse y confundirse así con la vegetación.
Creo que la mariposa es mi animal favorito. No sé, me gusta ese aire un tanto casquivano que se gasta, ese revoloteo inestable, como sin rumbo fijo, mediante el cual devanea con las flores o se entrega al cortejo. Me gusta su modestia, su pequeño tamaño y su versatilidad. Y esa aparente fragilidad de sus alas que son, sin embargo, capaces de llegar tan lejos. Me gusta que huya y que se esconda, y que se repliegue para mimetizarse con las ramas. Y me gusta que vuele a ras de suelo, las mañanas soleadas, y llene de color de alegría los caminos. Me gusta que sea el más informal de los volátiles, que no tenga la majestuosidad del águila o el redondeado aletear de la linda mariquita. Me gusta que sea bella, ágil y etérea, y que recoja tanta variedad en su familia. Y ya, por gustarme, fíjense, me gusta hasta su nombre. Sus nombres, mejor dicho, porque la palabra mariposa suena bien en todos los idiomas: butterfly, papillon, volvoreta, pinpilinpauxa...
Pero lo que más me gusta de la mariposa es que es un gusano que aprendió a volar.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Mila Marquis
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