sábado, 12 de julio de 2014



NO ERES DAVID

Tienes una casa. Un trabajo. Una familia. Una vida.

Pero has tenido mala suerte con la ubicación. El puto gps que te mandó al planeta erró el destino y te colocó en una tierra que ha sido siempre propiedad de todos y de nadie.
Pero no te sorprende. Has nacido con ello. Va contigo lo mismo que el color de tus ojos o la lengua en que te comunicas con el tendero que te vende la sal. Has crecido entre alarmas y carreras. Sabes lo que son el miedo y el dolor. Lo sabes desde niño. Lo mismo que lo supo tu padre. Lo mismo que lo saben tus hijos. Lo mismo que lo sabrán tus nietos.
Si es que llegan a nacer.

Mala suerte, amigo. Has nacido en el lado equivocado. Un puñado de metros más allá y tu vida hubiera sido bien distinta. Tú serías el bueno en vez del malo. Y tendrías derechos. Y mentores poderosos. Y licencia para hacer lo que te saliera de las narices sin que nadie te pusiera una mano en el hombro y te dijera: “Para el carro que te estás pasando varios pueblos”.

Sabes lo que es encontrar a la muerte por las calles, caminar entre escombros, correr a cielo abierto creyendo que todo está a punto de acabar. Lo sabes de sobra. De hecho, te parece normal porque no conoces otra vida. Porque no te dejan conocerla. Porque llevas generaciones encerrado en ese codiciado territorio que se va empequeñeciendo cada día, bala tras bala, ladrillo tras ladrillo. Y no tienes consuelo porque te sabes preso y condenado. Porque no hay esperanza ni futuro. Porque nadie te escucha. Porque nadie te cree.

Porque tú no eres David. Y tu honda de nada servirá contra sus tanques.

#SafeCreative Mina Cb

Imagen: Street art. Pintura mural de Bansky en Gaza

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