EL DUENDE Y LA ROSA
Todo estaba tranquilo en apariencia…
pero el duendecillo lo sabía:
el azul duendecillo de azules orejas...
(azules como el mar, azules como el cielo),
el azul duendecillo de ojos saltones
quiso divertirse.
Todo estaba en calma, parecía…
todo estaba perfecto, calculado…
todo estaba cubierto por un velo;
velo verde esmeralda…
velo verde mentira.
Y el azul duendecillo de mente despierta
con sus ojos traviesos leyó bajo el velo…
Y el azul duendecillo de rápidas manos
con sonrisa malévola, lo levantó:
Bajo el diáfano velo de verde mentira
que el azul duendecillo arrancó de improviso
apareció un ramo de fragantes rosas…
Rosas que eran rosas como un sueño feliz;
rosas que, al principio solamente olían
y luego embriagaban con su aroma rosa…
Rosas sin espinas en sus rosas tallos,
rosas sin abejas en su rosa flor…
Pero el duendecillo, incorregible gnomo
quiso divertirse por segunda vez…
Ya no puso un velo verde de verde mentira;
puso un manto negro, como negra noche,
como negra muerte, como negro fin…
con crespones rojos como roja sangre
(rojo es el peligro, rojo queda el mar
cuando el sol lo besa para abandonarlo…)
Bajo el manto negro de crepones rojos
(el manto de sangre tatuada en el fin)
a la rosa rosa le faltaba el aire,
la luz, y algún pájaro que la requebrase…
Y a la rosa rosa espinas le salieron,
su tallo era verde, como la mentira…
Se fue marchitando muy poquito a poco
y de sus heridas manó sangre roja…
Sangre que anunciaba su negro final
que llegó muy tarde, pero muy deprisa.
Y este ha sido el cuento, pero algunos dicen
que tras las cortinas acecha en silencio
el azul enano de ideas azules
(ideas azules, como son los sueños)…
Y cuentan que teje en su mente incansable
un plan que permita desmembrar el velo…
Porque, se comenta, que bajo sus hilos
la rosa agoniza…
……..Pero aún no ha muerto.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Patrick Boulnois Peintures
Todo estaba tranquilo en apariencia…
pero el duendecillo lo sabía:
el azul duendecillo de azules orejas...
(azules como el mar, azules como el cielo),
el azul duendecillo de ojos saltones
quiso divertirse.
Todo estaba en calma, parecía…
todo estaba perfecto, calculado…
todo estaba cubierto por un velo;
velo verde esmeralda…
velo verde mentira.
Y el azul duendecillo de mente despierta
con sus ojos traviesos leyó bajo el velo…
Y el azul duendecillo de rápidas manos
con sonrisa malévola, lo levantó:
Bajo el diáfano velo de verde mentira
que el azul duendecillo arrancó de improviso
apareció un ramo de fragantes rosas…
Rosas que eran rosas como un sueño feliz;
rosas que, al principio solamente olían
y luego embriagaban con su aroma rosa…
Rosas sin espinas en sus rosas tallos,
rosas sin abejas en su rosa flor…
Pero el duendecillo, incorregible gnomo
quiso divertirse por segunda vez…
Ya no puso un velo verde de verde mentira;
puso un manto negro, como negra noche,
como negra muerte, como negro fin…
con crespones rojos como roja sangre
(rojo es el peligro, rojo queda el mar
cuando el sol lo besa para abandonarlo…)
Bajo el manto negro de crepones rojos
(el manto de sangre tatuada en el fin)
a la rosa rosa le faltaba el aire,
la luz, y algún pájaro que la requebrase…
Y a la rosa rosa espinas le salieron,
su tallo era verde, como la mentira…
Se fue marchitando muy poquito a poco
y de sus heridas manó sangre roja…
Sangre que anunciaba su negro final
que llegó muy tarde, pero muy deprisa.
Y este ha sido el cuento, pero algunos dicen
que tras las cortinas acecha en silencio
el azul enano de ideas azules
(ideas azules, como son los sueños)…
Y cuentan que teje en su mente incansable
un plan que permita desmembrar el velo…
Porque, se comenta, que bajo sus hilos
la rosa agoniza…
……..Pero aún no ha muerto.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Patrick Boulnois Peintures
A ese duende azul habría que atarle las azules manos para que no descubriese sin permiso velos de cualquier color que fueran. Un abrazo desde mi mejana
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