sábado, 26 de noviembre de 2022


 

LOS CONTENEDORES DE LO VIEJO

Hoy estoy cabreada. Mucho. Y ya va habiendo pocas cosas que me cabreen de verdad pero mira, hoy me apetece usar esta página para cantar el bingo del cabreo. Y para exponer un problema que no es sólo mío, aunque lo pueda perecer. Y es que por fin, la Asociación de (ciertos) vecinos del Casco Antiguo va a salirse con la suya y a lograr que los contenedores de basura sean retirados durante el día para ser instalados por la noche con el fin de que, mientras el sol brille en el cielo, nada afee los rincones de este barrio nuestro. Ya nos quitaron las plazas de aparcamiento de San Nicolás (esa populosa plaza que está siempre, día y noche, llena de turistas) y han ido avanzando poco a poco con el tema de la peatonalización, contribuyendo con ello ir hundiendo todas las iniciativas empresariales que no tengan relación con la hostelería y actuando contra la opinión de una buena parte de los vecinos de la zona, que somos al fin y al cabo los habitantes de un barrio que ellos pretenden convertir en una especie de parque temático con el que flipen los turistas.

Y claro, me diréis, pues si los vecinos están tan en contra que se metan en la asociación para así poder participar de las decisiones de la misma. Pero es que no es tan fácil. Quiero decir que servidora ya lo hizo cuando llegó al barrio, allá por la primera década de los dosmiles. Fui a unas cuantas reuniones en las que se me ignoró hasta el punto de que alguno de los asistentes ni me saludaba al verme por la calle (no ver a alguien que viene frente a ti por la calle Serralta – la de la Beterri, para que nos entendamos – tiene delito). Claro que entonces yo todavía no me había sacado de la manga a la Minina y, quitando determinados ambientes literarios, sólo me conocían en mi casa y poco más. De modo que, harta de hacer de convidada de piedra y, sobre todo, tras oír a uno de sus jerifaltes apropiarse en un programa de radio de una idea que yo había dado y había sido desestimada por poco relevante, se me inflaron mis cositas y me fui. Aunque también es cierto que antes hubo alguien, un histórico del cascoviejismo cuyo nombre me callo, que me dijo que yo iba a durar allí dos telediarios precisamente porque iba a pasar lo que pasó.

Desde entonces hasta hoy he asistido a una serie de despropósitos que me han dejado atónita. El de los contenedores ha sido el último, y me deja perpleja porque sólo se va a hacer en esta zona, y además por la cabezonada de un grupo de personas por las que yo (lo he explicado bien claro anteriormente) no me siento representada en absoluto. Bueno, por eso y porque esta medida va a agravar el ya de por sí serio problema de la suciedad de la zona. Porque si alguien es capaz de dejar a su perro cagar en la zona de Huerfanicos y otro alguien (tal vez el mismo) de colocar un cristal como de ventana roto sobre el pastel (he visto cosas que no creerías, baby…) sospecho que esas personas, y muchas otras como ellas (lo viejo tiene un serio problema de civismo, os lo aseguro, que necesita de otras medidas más importantes que estas) no van a tener inconveniente en depositar los desperdicios en el suelo o en las cuatro papeleras que nos quedan. Ya os iré poniendo fotos.

Lo dicho: que enhorabuena a los promotores de la idea y a ver cuál es la próxima.

Me devora la impaciencia.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

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