VIEJA

Pues no. Yo tampoco pienso ser vieja, oiga. No tengo la menor intención de envejecer. Y no me gusta la palabra “vieja”. Claro que tampoco me gusta la palabra “muerte”. Ni la palabra “guerra”. Y ya, yendo a lo menos terrible, tampoco me gusta la palabra “ruina”. Ni la palabra “enemigo”. Ni frases como “es grave”, “ya no te quiero” o “quedas despedido”. Pero oye, ahí está todo, real como la vida misma. Y como el curso de la propia vida misma, que va desde la concepción hasta donde sabemos. Y que por el camino nos hace guapos o negros o gordos o con aptitudes para la danza clásica. Lo que nos va tocando. Y luego viejos, si es que tenemos la suerte de vivir para contarlo. O usados, que decía mi padre cuando éramos pequeños. Que él entonces no tenía ni cuarenta, que ahora hay quien a esa edad sigue alargando la fiesta del finde hasta la mañana del lunes y mosqueándose sí, a la vuelta al hogar, su mami le regaña. Porque todos queremos ser como Peter Pan, o sea forever young, que decía el éxito ochentero de los Alphaville, que mira que eran feos. Jóvenes, sí, pero feos a conciencia. Y ahora que ya no son forever young ni te cuento las pintas que tienen que tener.

Pero a lo que iba. Que yo no pienso envejecer. Es más, si la vejez me acecha con insistencia dejaré de respirar, como el niño de Astérix en Hispania, hasta que se largue con viento fresco a llenarle a otra el cutis de arrugas. Y seguiré teniendo titantos hasta que cuelguen mi esquela de la puerta de San Nicolás, que no vendrá mi edad y sí una de mis fotos buenas, o sea de perfil de Facebook. Para que nadie sepa que al final me ocurrió como a todo el que va cumpliendo años, o sea que la vida me pasó por encima y me lo fue mermando todo hasta dejarme en un saco de huesos. Eso o me sucederá, salvando las distancias, como a José Luis Sampedro, que se fue al otro lado alardeando de la experiencia que le aportaba su dignísima ancianidad y tras habernos dado a todos una lección de lo que es ser un rebelde, que consiste, según creí entender, en aceptar el paso de los años sin dejar que el sistema devore tus principios.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: El País.