Querido calendario:

Este año no sé muy bien cómo mirarte. Cuando llegas a mis manos, siempre busco las fechas que me importan para ver en qué van a caer. Miro mi cumpleaños, las fiestas de Santa Ana y la Semana Santa, que como sube y baja nunca sé exactamente en qué mes se va a celebrar. Echo un ojo a los festivos entre semana, a los puentes, y a esos días feriados, como el 25 de julio o el 19 de marzo, que se celebran o no dependiendo del número de festivos que caigan en domingo. Luego compruebo las vacaciones y otros pequeños compromisos y al final te cuelgo en la cocina y voy viendo llegar los acontecimientos a través de ti.

Pero este año hay un día que no viene señalado entre tus hojas, una fecha que no sé muy bien dónde buscar, y que es en verdad la que deseo que llegue. Y es que este me año preocupan más bien poco la Semana Santa, las Navidades, las aperturas en festivo y hasta el día de mi cumpleaños. Este año, la fecha que de verdad debería ir en rojo, destacada sobre todas las demás, es día en que por fin, al salir a la calle, pueda volver a tropezarme con la sonrisa de mis vecinos. El día en que pueda volver a vivir sin horarios restringidos, sin cupos ni distancias. El día en que pueda volver a besar a quien desee sin preocuparme de lo que habrá hecho antes. El día que pueda volver a celebrar, quedar con una amiga para recorrer la calle Carnicerías yendo de bar en bar, mezclándonos con la gente, saludando y repartiendo abrazos, disfrutando de un pincho en una barra abarrotada, conversando y riendo, cantando a voz en grito si se tercia... 

Esa, es mi querido calendario, es la única fecha que busco entre tus hojas este año. 

Pero no sé dónde está.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Ekiklikua.