LOS ESCALADORES DEL TINDER
Ya sé que yo soy más de que me lean las mujeres pero hoy me apetece dirigirme a los tíos. Sobre todo a los amantes de las emociones fuertes, que sé que alguno hay por aquí que me lee de vez en cuando. Y es que yo pensaba que los hombres, a partir de cierta edad, se dedicaban al sillón ball o, como mucho, se hacían con una bicicleta (el deporte más barato, según mi querido amigo Josean, una vez que llega el momento de “tener que hacer algo de ejercicio”) y el domingo se juntaban con los amigos para echar, primero unos kilómetros, y después unos huevos fritos con chorizo.
Pero resulta que estaba equivocada y lo que de verdad les pone a los tíos después de los cuarenta es escalar. Sí, sí, escalar. Da igual muros que montañas. Da igual al aire libre que a cubierto. Lo que les gusta a los hombres de una “cierta edad” es agarrarse a una superficie horizontal e ir tirando para arriba. O al menos eso es lo que se da a entender en Tinder, que yo cuando me apunté decía: “Serán todos calvos y tripudos”. Pero no; son apolíneos y ágiles cual superhéroes de la gran pantalla. Ahí los puedes ver, normalmente a pleno sol, con la pañoleta pirata en la cabeza y el torso desnudo y tableado cual colchoneta de playa, escalando paredes rocosas colgados de una cuerda. Sin colesterol ni azúcar ni hostias en vinagre. Atléticos y sanos como un campeón olímpico. Y claro, una se pregunta si estará a la altura y nunca mejor dicho. Porque se puede ser intrépida, pero de ahí a echarse a la mochila la soga y los piolets va un mundo. Y más a nuestra edad. Que en plena menopausia un costalazo puede ser fatal. Que te rompes la cadera y a ver cuándo te dan vez para la prótesis, con la que está cayendo ahora en los hospitales.
Pero oye, que debe estar de moda y yo no me he enterado. Eso o van todos de farol y, aprovechando que si quieres que salga el paisaje tu cara se ve medio borrosa, lo que hacen es colgar fotos de los hijos y luego tirar de Photoshop. Que se han dado casos, me imagino.
Pero a lo que voy. Que yo lo tengo claro: para buscarme un churri carcamal del sillón ball aquí en el pueblo, que además los tengo a todos ya muy vistos, voy a ponerme en el perfil una foto haciendo morritos y me lanzo a saco a por un escalador. Eso sí, en la primera cita me echo un kit de trepar al maletero, me lo llevo a Riglos, le descargo las cuerdas y los hierros al pie de los Mallos y, como lo de la escalada sea un fraude, vuelve a su casa haciendo dedo.
Que yo, si no me lo demuestran, no me creo nada…
Y menos a esta edad.
#SafeCreative Mina Cb
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
lunes, 11 de enero de 2021
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