“NO LO VAS A DEJAR EN LA CALLE”

Es grandullón y buena gente. Le apasiona viajar, va siempre afeitado, huele bien y tiene un buen trabajo, coche y un piso acorde con sus necesidades. No tiene pareja ni falta que le hace y posee una de esas generosidades bíblicas que multiplican por siete la devolución de los favores recibidos. 

Me consta que ha prestado las llaves de su casa a personas a las que yo probablemente no me atrevería ni a saludar si me las tropezarse por la calle. Y lo hace porque sí, sin ningún interés por ir al cielo o recibir cualquier tipo de reconocimiento a cambio Y sin ese temor, que a muchos nos invadiría, de pensar en que podemos encontrarnos la casa desvalijada nuestra vuelta; o aún peor, se pueden hacer una copia de la llave o, ya rizando el rizo, cambiar la cerradura en nuestra ausencia y aprovecharse de esos vacíos legales que confunden ocupación y allanamiento de morada. Nos vemos menos que antes por circunstancias de la vida, así que cuando nos tropezamos accidentalmente tenemos mucho que decir. Aunque siempre sea más o menos lo mismo. Yo le hablo de mis letras y mi madre y él siempre tiene alguna historia que contar que, invariablemente, comienza con la frase: “No lo vas a dejar en la calle”. Yo le escucho y sonrío, lanzándole una de esas pícaras miradas que solo dedicamos a quienes nos conocen de verdad. Y él me replica: “Sé lo que vas a decirme”. Y yo siempre le digo que lo que sé es que él es así. Y precisamente por eso no le digo nada.

#SafeCreative Mina Cb

Por cierto: Hoy es su cumpleaños.