ABUELO POR SORPRESA
Acababa de prejubilarse cuando encontró a otra más sensual y más marchosa y se largó dejándole hasta el cepillo de dientes en el vaso del lavabo. Se quitó veinte años de encima en unos meses, dale que te pego al ñacañaca, a los fiestorros con amigos y a las sesiones de rock acrobático en un garito de postín. Renovó el vestuario y se dejó crecer el pelo a lo John Lennon e incluso se animó a comprarse una Harley y a apuntase a todas las concentraciones de moteros, a las que concurría disfrazado de ángel del infierno con la susodicha de paquete.
Hasta que un día la hija de su chica partió peras con el novio y éste la puso de patitas en la calle, y la chavala no tuvo más remedio que instalarse en el piso de mamá, donde hubieron de hacer sitio para ella y sus tres querubines de tres, seis y ocho años de los que la abuela y su amiguito se ocupan desde entonces mientras que mamá trabaja todo el tiempo. La yaya está encantada, ya la tenía un poco frita ese andar siempre de un lado para otro. Y él aguanta con resignación, haciéndoles cucamonas a los críos cuando nunca los había soportado, la Harley en el garaje cubierta de polvo y telarañas y las rodillas hechas cisco de tantas acrobacias.
Pero a ver adónde va a ir si no… A su edad.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Mónica Carretero Ilustradora
Acababa de prejubilarse cuando encontró a otra más sensual y más marchosa y se largó dejándole hasta el cepillo de dientes en el vaso del lavabo. Se quitó veinte años de encima en unos meses, dale que te pego al ñacañaca, a los fiestorros con amigos y a las sesiones de rock acrobático en un garito de postín. Renovó el vestuario y se dejó crecer el pelo a lo John Lennon e incluso se animó a comprarse una Harley y a apuntase a todas las concentraciones de moteros, a las que concurría disfrazado de ángel del infierno con la susodicha de paquete.
Hasta que un día la hija de su chica partió peras con el novio y éste la puso de patitas en la calle, y la chavala no tuvo más remedio que instalarse en el piso de mamá, donde hubieron de hacer sitio para ella y sus tres querubines de tres, seis y ocho años de los que la abuela y su amiguito se ocupan desde entonces mientras que mamá trabaja todo el tiempo. La yaya está encantada, ya la tenía un poco frita ese andar siempre de un lado para otro. Y él aguanta con resignación, haciéndoles cucamonas a los críos cuando nunca los había soportado, la Harley en el garaje cubierta de polvo y telarañas y las rodillas hechas cisco de tantas acrobacias.
Pero a ver adónde va a ir si no… A su edad.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Mónica Carretero Ilustradora
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