LA CENA ESTÁ SERVIDA
Aquella relación se les iba de las manos por momentos. Y por si aún le quedaba alguna duda, el contenido del paquete se lo dejó bien claro.
Un delantal....
Monísimo, eso sí, pero un puto delantal de cocinera. Ese era el regalo que él le ofrecía con motivo de sus veinte años de casados. Claro que se aguantó las ganas de coger el mechero de flambear y de pegarle fuego porque lo mismo se dejaba llevar por la emoción del momento y lo socarraba también a él. Y lo quería demasiado como para hacerlo. Así que le dio un beso y después los dos se fueron al trabajo, citándose para la hora de cenar.
Él esperaba algo especial aquella noche, pero cuando abrió la puerta no olía a nada… a nada comestible quiero decir. Tan sólo se escuchaba una sugerente música de fondo que dulcificaba un poco el rugido de sus tripas, habituadas al encuentro con los ricos manjares que le aguardaban siempre al volver a casa en fechas señaladas.
Sin embargo, y cuando entró a la cocina, lo único que encontró fue a su mujer reclinada sobre la mesa, una copa de cava en cada mano y el delantal como sola vestimenta. Lo que ocurrió a continuación fue como una tormenta. Ella lo asaltó prácticamente, desarmando su gesto de sorpresa con un tórrido beso mediante el cual lo arrastró hasta el dormitorio mientras se apretaba contra él, sus manos empujando hacia arriba los glúteos del hombre, de forma que en cuestión de segundos él alcanzó una erección de proporciones memorables. Lo arrojó sobre la cama, arrancándole la ropa con los dientes, mientras él se dejaba hacer, perplejo y maravillado, conteniendo a duras penas los aullidos que con gusto hubiera dejado salir de su garganta y sin atreverse a pensar dónde había aprendido ella a hacer todo eso.
Una vez terminaron, y ya pasados los minutos de placidez que suceden a este tipo de encuentros, ella lo miró y le dijo, señalando al delantal, que descansaba hecho un ovillo a los pies de la cama:
“Creo que ya va siendo hora de que empieces a utilizarlo tú también”
#SafeCreative Mina Cb
Delantal diseñado y confeccionado por Romero Mayor
Aquella relación se les iba de las manos por momentos. Y por si aún le quedaba alguna duda, el contenido del paquete se lo dejó bien claro.
Un delantal....
Monísimo, eso sí, pero un puto delantal de cocinera. Ese era el regalo que él le ofrecía con motivo de sus veinte años de casados. Claro que se aguantó las ganas de coger el mechero de flambear y de pegarle fuego porque lo mismo se dejaba llevar por la emoción del momento y lo socarraba también a él. Y lo quería demasiado como para hacerlo. Así que le dio un beso y después los dos se fueron al trabajo, citándose para la hora de cenar.
Él esperaba algo especial aquella noche, pero cuando abrió la puerta no olía a nada… a nada comestible quiero decir. Tan sólo se escuchaba una sugerente música de fondo que dulcificaba un poco el rugido de sus tripas, habituadas al encuentro con los ricos manjares que le aguardaban siempre al volver a casa en fechas señaladas.
Sin embargo, y cuando entró a la cocina, lo único que encontró fue a su mujer reclinada sobre la mesa, una copa de cava en cada mano y el delantal como sola vestimenta. Lo que ocurrió a continuación fue como una tormenta. Ella lo asaltó prácticamente, desarmando su gesto de sorpresa con un tórrido beso mediante el cual lo arrastró hasta el dormitorio mientras se apretaba contra él, sus manos empujando hacia arriba los glúteos del hombre, de forma que en cuestión de segundos él alcanzó una erección de proporciones memorables. Lo arrojó sobre la cama, arrancándole la ropa con los dientes, mientras él se dejaba hacer, perplejo y maravillado, conteniendo a duras penas los aullidos que con gusto hubiera dejado salir de su garganta y sin atreverse a pensar dónde había aprendido ella a hacer todo eso.
Una vez terminaron, y ya pasados los minutos de placidez que suceden a este tipo de encuentros, ella lo miró y le dijo, señalando al delantal, que descansaba hecho un ovillo a los pies de la cama:
“Creo que ya va siendo hora de que empieces a utilizarlo tú también”
#SafeCreative Mina Cb
Delantal diseñado y confeccionado por Romero Mayor
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