jueves, 30 de octubre de 2025


 

LOS JUEGOS DEL AGUA

Tres semanas ya se cumplen
desde que empezó en mi casa
un culebrón al que he dado
en llamar “Juegos del agua”.

Era la historia de siempre:
una gota en la encimera
anunciaba el fin del tanque
que el agüita me calienta.

Un año más aguantó
que los dos que fueron antes:
“obsolescencia (la llaman)
programada” los que saben.

Llamo al mocete de siempre
pero anda de funeral
y la angustia me devora
pues el goteo va más.

Busco (error imperdonable)
en internet el remedio
y llamo al primer fulano
que se anuncia como bueno.

“Rapidez garantizada”,
que es lo que yo necesito.
Al cabo de media hora
se presenta en casa un tipo

que me dice que es un codo
y no el termo, y el apaño
de cambiar la piececica
sube de trescientos pavos.

A la noche vuelvo a casa
y el agua sigue cayendo
Le escribo, viene, lo mira
y me desenrosca el flexo.

“Es el termo”, diagnostica
más serio que un plato de habas.
Y me dice que si quiero
va a por otro y me lo cambia.

Me hago el cálculo mental:
“Setenta euros por un codo…
Si cambia el calentador
me pide un lingote de oro”.

Le digo que muchas gracias
pero no. Reclamo al dueño
y el tío me echa una bronca
que flipas en arameo.

Accede a reintegrarme
el pastizal de la pieza
ya que no fue la avería
eficazmente resuelta

y yo, por no discutir,
le digo que sí, que vale,
pero que es un sinvergüenza
justo antes de colgarle.

Pasan tres o cuatro días
y acude el mozo de siempre:
se apresta a pedir el termo
y ayer por la tarde viene

pero el aparato es grande
para el hueco que hay dispuesto
y necesita herramientas
que no llevaba en el cesto.

De modo que, tras un rato
de sufrir más el que yo,
me mira muy compungido
y dice: “No acabo hoy”.

Y yo miro mi cocina,
llena de polvo y serrín
y me digo en un susurro:
“Si esto paice Chernobil…”

Vuelve, como prometió,
con la sierra y con los flexos,
coloca todo en su sitio
y deja el montaje hecho.

Me levanto a la mañana
y el agua escapa ¡Pardiez!
Vuelvo a escribirle y me dice:
“Iré después de comer”:

Y aquí estoy, con trescientos pavos
que me levantó el primero
y esperando a que el segundo
vuelva y arregle el entuerto.

Eso sí, cuando me instalen
el chisme ese de una vez
voy a pegarme una ducha
de las que arrugan la piel.

#SafeCreative Mina Cb

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