QUE SE APARTE EL QUE VIENE

Viernes tarde. Destino chupi y música de fondo. Noventa-cien en plan ver el paisaje. Carretera tranquilita aunque con algo más tráfico de lo normal. Que yo no había caído pero es uno. Y de agosto además. Pero a ver, que esta no es zona de playa y embotellamientos no hay. Pero sí prisa. Mucha. Mogollón. Que ya van tres o cuatro veces de echar pie al freno pero lo de estos dos es ya de traca. O sea de imágenes en el informativo del helicóptero de la DGT. Vienen folláos. Ambos. Los veo por el retrovisor adelantando a todo lo que pillan y ahora me toca a mí. Llevo delante dos camiones a distancia de seguridad. El primer coche me pasa como una exhalación, rebasando en la carrera la señal vertical de prohibido. El segundo lo hace ya pasada la misma y atravesando la continua desde el primer desvío de la maniobra. Aún no hay espacio entre el primer vehículo, que ha abortado el intento de rebasar al último camión, y el mío, para albergar al otro automóvil y viene alguien de frente. Afortunadamente no lo bastante rápido como para colisionar pero sí lo suficientemente deprisa como para necesitar dar un frenazo. También yo freno en un intento por agrandar el hueco y permitir que Fitipaldi no acabe obsequiándome con un resort en el balneario de San Pedro. La operación concluye y yo respiro hondo, buf, mientras veo cómo a lo lejos parpadean, zigzagueando por la carretera, los intermitentes de ese par de suicidas.

Carpe diem.

#SafeCreative Mina Cb