DE INDUMENTARIAS
Fue en 2007, creo. Finales de julio. Unas vacaciones adelantadas que me pillaron con el pie cambiado y al final me fui sola. A París, que era el sueño de mi vida. A practicar el idioma y a flipar con la ciudad. Y a pasar calor. Mucho calor.
Una tarde me llegué hasta el 18, Montmatre, ese distrito bohemio que presiden las torres en forma de bola de cucurucho del Sacré Coeur. Iba en plan explorador porque el primer día se me ocurrió vestirme de princesa y no sé ni cómo no me robaron hasta las pestañas, que hace falta ser boba, sola, mujer y llamando la atención. Y no llevaba chaquetica por si refrescaba porque no pensaba trasnochar. Y luego que para mí los franceses eran muy modernos, no como los italianos, que te hacen taparte los hombros para entrar al Vaticano.
Pues eso: que yo subí la escalinata poblada de turistas y accedí, no recuerdo si pagando, a la entrada del templo. Iba yo tan pichi con mis bermudas, mis bambas y mi camiseta de tirantes cuando un tipo me abordó y me dijo, en un francés muy correcto y educado, que así no podía circular por el interior de la basílica. Que mi indumentaria no era la adecuada y tal y tal. Y yo, que no soy filóloga pero con el francés me he defendido siempre más que decentemente, señalé a una linda familia (papá-mamá-bebé en su cochecito) que iba por mitad de la nave central y le solté al pavo:
“Et celle femme-là?”
Que en castellano es algo así como “¿Y esa señora?”. Y el censor me miró con los ojos como asiettes, que son platos, imagino que la mar de sorprendido no sólo porque hubiera comprendido su discurso sino por la lógica de mi pregunta. Porque la femme-là, por muy mamá que fuese, llevaba un escote que dejaba al mío a la altura de un hábito monjil. Y el fulano me susurró, como haciéndome un favor, que pasase al interior “mais marchez vous sur un côté, madame, svp.” Y en el momento que la madame estuvo dentro marchó por donde le dio la gana, porque si mamá descocada no iba por el côté, como escondida de los ojos de los santos que poblaban las hornacinas, yo tampoco estaba por la labor de hacerlo.
Pues eso. Que el pecado, si es que existe, no está en el cuerpo de la mujer sino en la mirada del hombre.
#SafeCreative Mina Cb
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
viernes, 7 de marzo de 2025
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