MEDICAMENTOS
Ahora todo el mundo
está diagnosticado.
De repente
me encuentro con personas
que antes eran normales
(con sus más y sus menos,
como yo)
y hoy tienen una patología adjudicada.
No existen
como antaño
buenas y malas épocas.
Las etapas de cambio y sus desórdenes
que provocan tormentas interiores
se han vuelto analizables
y se les pone nombre
y se les adjudica, por supuesto,
una medicación.
Ya no se dice
“Lo pasé fatal cuando el divorcio”
sino
“Atravesé una etapa de profunda ansiedad
unida a una gran crisis de autoestima
(o sea, me dejó por otra
y me enteré cuando ya lo sabía todo el mundo
-como suele pasar-)
y no sé cómo lo hubiera superado
sin el Trankimazin"
(un día de estos, por cierto,
dejo de tomarlo,
pero es que ahora mismo atravieso un mal momento)
Los niños ya no son movidos:
bien al contrario,
en cuanto empiezan a dar la tabarra
ya son TDAH
y queda, pues,
justficada la pastilla…
Y en cuanto a mí,
lo típico:
escribo,
lloro, grito,
tiro piedras al río,
aporreo los muebles,
me emborracho,
camino bajo el sol,
les cuento a las amigas…
Cualquier cosa
con tal de no tomar medicamentos.
#SafeCreative Mina Cb
También se puede ir a terapia, pero lo que se ahorra una en terapia contando a las amigas...es incalculable!
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