QUE FUERAN ELLAS

Venga. No seas cobarde. Confiesa que alguna vez lo has hecho. Que te las has perdido. Que te han pillado currando fuera. O te mandaron tus padres de colonias. O resulta que tenías un churri que las odiaba y acabaste en Salou, llorando a lágrima viva ante una pinta en un bar de alemanes a las 12 del día 24. Y reconoce también que alguna vez ese amigo, esa amiga tuya te falló, y que deambulaste por lo viejo como alma en pena, enganchándote a todas las cuadrillas que encontrabas aún a sabiendas de que te faltaba medio corazón. O que te pasó como a Sabina, que esa chica del bar no estaba al verano siguiente y te hartaste de llorar donde Ribotas, aprovechando que los colegas no te oían por el alboroto de los fuegos. Y estuviste pero fue como si no estuvieras.

Reconócelo. No pasa nada. Todos hemos sucumbido y algún año hemos faltado. Y hemos sentido ese nudo en el estómago que se forma cuando sabes exactamente que está sucediendo y escuchas en las entrañas el sonido del timbal y ese chasquido del primer cohete deslizándose hacia lo alto y el atronador barullo que acto seguido llena la ciudad. Reconoce que algún año te ha pasado. Que te las has perdido. Que ellas estaban ahí y tú no.

Lo que nadie se podía imaginar era que llegase a suceder todo lo contrario.

Esto es, que las que faltasen fueran ellas.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Javier Larreta