martes, 26 de julio de 2022


 

LOS CINCO SENTIDOS

Dentro de un rato ocurrirá otra vez y será como si el tiempo no hubiera pasado. Comenzará el volteo de campanas acompañando al chasquido de las sillas de tijera que los vecinos despliegan en la calle. Se sentirá el murmullo cada vez más alto de quienes se instalan con tiempo y los gritos de los niños se escucharán de nuevo en mi salón. Se oirán saludos, risas y conversaciones en voz alta. Se pondrán al día los amigos acerca de la salud y los afectos, que son realmente las cosas importantes, mientras los abanicos bisbisean desde lo fresco del portal.

Más tarde llegará la música. Sonarán a lo lejos tambores y gaitas y pasarán al poco, erguidos e imponentes, los gigantes ante mi balcón. Veré otra vez la rosca de Catalina de Foix y el impasible perfil de Sancho el Fuerte y disfrutaré del vuelo de sus capas cuando tomen la curva hacia San Nicolás. Después vendrá el desfile en blanco y rojo y su inconfundible esencia de cirios y albahaca. Y el escueto San Joaquín y luego ella, dorada y majestuosa, rodeada de flores y suspiros, cuánto te hemos echado de menos, le diré bajito cuando llegue hasta mi vera. Y luego más campanas y el cuarto sentido, o sea la piel, cuando todo el vello del cuerpo se me erice al presenciar el recibimiento de gaiteros y gigantes a la santa en la puerta de la Plaza Vieja. La Jota de Tudela.

Y por fin el gusto de esa primera cerveza fresca al sol y con amigos. Y ese olor a fiesta grande que lo impregna todo. Y la sensación, un año más, de que el mundo ya puede acabarse.

#SafeCreative Mina Cb

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