lunes, 12 de abril de 2021


 

LA OLIVETTI

Mi primera máquina de escribir fue una “Lettera 25”. Mi padre la compró para redactar las cartas a los proveedores, o más bien para redactármelas y que yo, que no tenía faltas, se las escribiera. Todavía recuerdo ese encabezado: “Muy señor mío”, y el solemne cierre: “Se despide este suyo afectísimo seguro servidor”. Entre ambas fórmulas mediaban unas cuantas piezas de tela o de galón, o unos metros de riel, que llegaban por Ribertrans al cabo de unos días. Yo entonces escribía “como un gendarme”, que dicen los franceses, esto es con los índices de cada mano y perdiendo un buen rato en encontrar las letras, y disfrutar del privilegio de poder redactar las cartas de mi padre cada lunes fue algo extraordinario, ya que la Olivetti había ejercido en mí una enorme fascinación desde que la vi asomando de su estuche por primera vez: Pulsar las teclas y ver cómo la patilla con el carácter unido a su extremo se lanzaba hacia el papel para imprimir la letra me parecía pura magia; cambiar el color de las palabras accionando la tecla que levantaba los carretes y activaba el color rojo; llevar el carro vacío hasta el final para oír la campanilla y después darle a la manivela que posibilitaba el salto de renglón...

Más tarde echaría yo muchas horas y muchos gurruños de papel inútil con la Olivetti y las bandas correctoras, pulsando el retroceso para pasar a limpio esos primeros poemas adolescentes que soñaba con editar un día. Para entonces los tiempos eran otros y ya había aparatos electrónicos equipados con cinta borradora, pero a mí no me tocó acceder a ellos hasta mucho tiempo después, cuando la informática ya daba sus primeros pasos y heredé la vieja Brother de mi cuñada, con la que redacte una histórica a reclamación que todavía guardo y una carta a la Cadena SER que tuvo como resultado una de las aventuras más tiernas que recuerdo. No tardó mucho en llegar el primer ordenador. Para entonces yo ya no escribía con dos dedos y mi padre hacía tiempo que había dejado de necesitar de mis servicios.

Pero eso es otra historia.

#SafeCreative Mina Cb

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