BAJAR LA GUARDIA
He observado en el trabajo
que nos venimos arriba
con eso de que parece
que están bajando las cifras
(tanto que puede llegar
el indulto en 20 días).
Ya no hay ese miedo de antes,
la gente está más tranquila;
por no haber, ya ni siquiera
se ve tanta policía
y sé de ilusos que sueñan
con la playa o la piscina
mientras los médicos curan
este mal con aspirinas.
Ya he visto yo algún chiquillo
(eso sí, con mascarilla)
por la calle y a más de uno
calzado con zapatillas
de trekking que, me imagino,
no serán para la cinta
de andar que sacó hace un mes
del trastero o la buhardilla.
Y hay también, o eso me rumio
quien más o menos cavila
cómo burlar los controles
para, estas fechas festivas
prepararse con su amor
secreto una escapadita.
En resumen, que ya estamos,
amiguitos y amiguitas
cansándonos de aplaudir
detrás de la barandilla
y nos vamos confiando
en que el virus se retira
y vamos haciendo “cosas”
que hasta ahora no se hacían.
¡Que no me seáis pardillos!
Seguid quietos en casica
que este bicho es muy cabrón
y si salís, nos la lía.
Que es mejor hacerlo bien,
aunque joda, y muchos días,
que hacerlo mal y que el virus
nos reviente la partida
y haga como en el Parchís:
A casa las cuatro fichas.
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