lunes, 7 de agosto de 2023


 

NADA SERIO

El otro día quedé con un tío de Vox. No; no penséis que me he reconvertido, pero es que estoy hasta las narices de los modernos. O sea esos que van en plan yo soy muy feminista, yo tengo un lado femenino muy acusado, yo creo en la igualdad de derechos y voy a las manis del ocho de marzo... y de repente te sorprenden con un comentario tipo mi hija va a ser un pibón o qué bien juega al fútbol para ser una tía. Y es que, reconozcámoslo, cuanto más se las dan de liberales más reaccionarios son en el fondo. Que todo va muy bien cuando la niña es dócil y les sigue el juego, los mira con adoración y les dice a sus amigas eso de he conocido a un chico increíble. Y las amigas, claro, se lo tragan porque lo ven con las rastas o las bambas o la camiseta desgastada y ese aire entre hippie y bohemio de quien todavía tiene la ilusión de cambiar el mundo. Pero claro, cuando el metrosexual tiene la mala fortuna de tropezarse con una de esas mujeres que si quieren algo, da igual el salero que un cunilinguis, pues van y lo piden por las bravas, sin andarse con remilgos o con sibilineces, pues salen como alma que lleva el diablo en dirección contraria. Y la moderna se queda compuesta, sin novio y sin cunilingus. Y hasta sin salero, que es muchísimo peor.

Pero a lo que iba. Que lo dicho. El otro día quedé con un tío de Vox y de maravilla, oye. Cero decepciones. Apareció puntual con su súper coche, perfumadísimo, arreglado. Me llevó a un buen restaurante, me retiró la silla, pagó todas las cuentas y después de eso fuimos a su casa y me dejó con los ojos en blanco, menudo empotrador. Y con las ventanas abiertas para que los vecinos oyeran bien los gritos. Eso sí, me ha dicho que de ser novios ni hablar. Que podemos seguir viéndonos pero discretamente.

Que él con una hippy no quiere nada serio.

#SafeCreative Mina Cb

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