sábado, 4 de septiembre de 2021


 

DIOS ESTÁ EN LÍNEA

Ya sé que habrá quien se lo tome a broma pero el otro día Dios me mandó un whatsapp. Una chorrada en plan qué tal la familia, pero un mensaje al fin y al cabo. Para manifestarse me imagino. Y me pregunté, no cómo era posible que Dios tuviera mi número, pues es omnipotente, sino por qué a mí. Por qué yo. O sea por qué no cualquier otra persona. Fijáos que hasta reenvié el mensaje a mi grupo de amigos, que alguno hay que va a misa los Domingos, por ver si el Hacedor se había confundido de destinatario, que lo mismo le pasaron el contacto de ese grupo y se coló. Pero nada oye, que nadie esperaba noticias del Altísimo y no me lo supieron aclarar. También me mosqueó la respuesta de una amiga, que me mandó una captura del Google donde especificaba que el prefijo era de Bolivia, con lo cual ya sospeché, puesto que de provenir de Sudamérica, el remitente no sería Dios sino Diosito. Pero en fin, que igual no le gusta andarse con familiaridades en el primer contacto y por eso me mandó el nombre legal. Claro que eso tampoco aclaraba la mayor de mis dudas, o sea por qué yo y no cualquier otra persona. Que a ver, yo puedo ser un poco atea e incluso irreverente, pero no tengo mala fe ni voy jodiéndole la vida al prójimo, o sea que para reformarme no será. Y vamos, que si me quiere de redentora como que va fino. Yo no me expongo al martirio y a la crucifixión ni harta de Voll Damm. Y además mujer, qué dices, con lo machista que es la iglesia y ese ramalazo feminazi que me sale a mí cuando oigo casos de pederastia entre los curas.

El caso… que tras mucho cavilar, y como vi que estaba en línea, le respondí que si quería hacer algo de gran utilidad le escribiese a su colega Alá para proponerle que les montase un buen Sodoma y Gomorra a los del gobierno talibán.

A continuación lo bloqueé. Por si las moscas.

#SafeCreative Mina Cb

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