JET LAG
Me ha pillado esta vez el cambio de hora
sin jet lag que llevarme a la costumbre
ni una terraza donde el sol me alumbre
junto a una rubia y líquida señora.
Pasó ya el equinoccio, y se demora
con cálida y serena mansedumbre
la luna en contemplar la muchedumbre
que desde los balcones canta y ora.
Extraña primavera cuyas flores
brotan de un suelo fértil y vacío
vilipendiado por sus moradores.
Ojalá tantas lágrimas y horrores
escapen del jardín de lo baldío
y enmendemos, al fin, nuestros errores.
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