LOS AMANTES DE TUDELA
Ambos eran de Tudela,
vivían en las Peñuelas,
tenían desde la escuela
delirio por la Nutella,
pasión por la mortadela
y alergia a las habichuelas.
Un día en que sus abuelas,
naturales de Orihuela
y amigas desde mozuelas,
quedaron en la plazuela
miró Gabriel a Gabriela
y fue como en las novelas:
Llevaba la damisela
zapatos de lentejuelas
y, jugando a la rayuela,
se le deslizó la suela
y se enganchó con la tela
del lazo de su pamela.
Gabriel socorrió a Gabriela,
le ofreció pan con Nutella,
ella le dio mortadela,
compartieron tres ciruelas,
tocaron las castañuelas,
cantaron una zarzuela
y ya fue miel sobre hojuelas...
Pero la pobre Gabriela
contrajo la varicela,
se le infectaron las muelas
y a causa de las secuelas
ya nunca más fue a la escuela.
Se marchó su alma gemela
y Gabriel no se consuela.
Así que, cuando su abuela
prepara unas habichuelas
en la cocina se cuela,
las mezcla con mortadela
y se va tras su Gabriela.
Les bastó con una esquela,
un túmulo, una candela,
y un rótulo en acuarela:
“Los amantes de Tudela
tonto él y ella tontuela”.
#SafeCreative Mina Cb
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