INSOMNIO
La alarma sonará antes de romper el día.
Mi cuerpo reposa,
laxo,
y no se escucha un ruido.
Pero arriba ellas velan,
aburridas...
y a eso de las tres
en engranaje entra en funcionamiento
y ya no hay quien lo pare.
Hace meses que dejé de utilizar libreta y boli.
Desconecto el modo avión
y, de inmediato,
el ligón insomne salta por el chat del Facebook
(tengo un truco secreto
para tomar notas en la página azul
a través del datáfono)
Lo ignoro
y le cuento al teléfono la historia
que traman mis neuronas.
Parece estar muy claro...
Pero no.
No les basta con eso:
quieren más.
Un apunte les resulta del todo insuficiente
y me piden matices
cuando ya he apagado la luz
y he dado media vuelta
dispuesta a dormitar hasta el momento
fijado de antemano.
Me resisto a escucharlas
y me obstino
en hacer valer mis derechos
de propietaria del cerebro...
Pero nones:
Ellas mandan.
De modo que echo mano del teléfono de nuevo
(otra vez el pesado que saluda:
yo no sé si es insomne,
es gilipollas,
es guarda jurado
o cumple todos los requisitos a la vez)
y apunto los matices...
Y ya está... me digo.
Pero....
Errorrrrr.
Aún hay una palabra que chirría
y toca ir a la busca del sinónimo
a eso, más o menos,
de las cinco menos cuarto de la madrugada.
Doy con otro vocablo
algo menos abrupto
para el tema abordado
que parece gustar a mis meninges
que al fin se tranquilizan
y me dejan dormir.
Mañana mismo
(pienso)
bloqueo a ese pesado.
#SafeCreative Mina Cb
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