BOMBOS Y COHETES
El vivir en lo viejo mola un huevo
porque lo tienes todo muy a mano
y no pasas calor en el verano
ni hay tanto tráfico como en lo nuevo.
Ves turistas paseando, reflexivos,
admirando fachadas y balcones
y así puedes, no en pocas ocasiones
practicar el francés con los nativos.
O frecuentar, en noches estivales
las terrazas de bares con encanto
donde se unen la música y el canto
hasta que llegan los municipales.
Nos defiende del sol y el cierzo frío
la muralla de sus fachadas recias
y puede parecer hasta Venecia
en el invierno, cuando sale el río.
Pero hay temporaditas algo duras
como cuando (y un año más insisto)
coincide la pasión de Jesucristo
con los fastos que exaltan las verduras.
Y entre los de lo verde y sus cohetes
y los procesionales con sus bombos
mi barrio es un auténtico quilombo
que no para de dar por el ojete.
Tanto que me he impregnado del ambiente
y me voy a plantar con un bazooka
en en balcón, haciéndome la loca
para ver si se calla ya esa gente.
#SafeCreative Mina Cb
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