miércoles, 5 de diciembre de 2018






MANZANA PODRIDA

Nos hacen sentir viejos, amor mío. Nos muestran a cada instante que no servimos para nada. Que estamos desfasados. Que ni siquiera reciclándonos podremos volver a ser los que hemos sido.

En mi caso es normal, que paso ya del medio siglo... ¿pero en el tuyo, querido? En el tuyo no lo es. Tú eres joven. Aún brillas, pese a mi negligencia. Y yo te cuido, la verdad, no golpeándote ni vertiendo líquidos perniciosos sobre ti. Te trato con cariño, como me explicaron al dejarte en casa, y no permito que ningún factor nocivo se abra paso y llegue a penetrarte. No hago nada sin consultar con mi asesor. No me atrevo a decirte que sí a todo, como hacía con Windows. Yo era consciente, cuando me decidí por ti, de que esta historia nuestra debía ser distinta. Porque tú eras distinto. Y es por ello que me tomé esto muy en serio. Mucho. Porque conozco tu valor y tu prestigio. Y sé que cualquiera no puede manejarte. Pero venías tan bien recomendado que pensé que la inversión valdría la pena. Y ahora ya ves... después de dos años y medio todo se va al garete. Te has vuelto perezoso y no navegas con el brío del principio. Me cuesta ver las fotos en el Facebook. El Youtube se atasca y el servidor de correo me da problemas desde hace varios meses. Y ahora que, por fin, he tomado conciencia de que quizás lo que te pasa sea más grave de lo que yo supuse en un principio, es cuando lo he sabido. Obsolescencia programada. Tú porque tus creadores han decidido que eras demasiado duradero y yo porque ya no tengo la habilidad de antes para las tecnologías. Y esos cuadros de diálogo tuyos me resultan imposibles de entender. Y es que con Microsoft era todo más sencillo, pero tú manejas un idioma que me cuesta comprender. Porque me estoy haciendo vieja. Y por ello puse mi confianza en ti. Porque decían que contigo todo era más sencillo. Y sí que lo fue al principio, una vez que me hice a tus particularidades. Pero el tiempo pasa y poco a poco esto se ha ido enfriando. Y ahora me veo obligada, in extremis, a instalarte una actualización que no sé si arreglará la situación o la empeorará del todo. Una vez que descargue el enlace y clique sobre las palabras subrayadas, ya no habrá vuelta atrás. El proceso empezará y a mí no me quedará más que aguardar, muerta de angustia, el reinicio final que me confirme si lo nuestro tiene o no futuro.

#SafeCreative Mina Cb

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