ADOPTAR UN POETA
Una vez,
hace años,
adopté un poeta.
Fue surrealista.
Él era diabético.
Al principio yo le compensaba el azúcar
y más tarde
se la descompensé
hasta el punto de provocarle
una retinopatía
que estuvo
(decía)
a punto de dejarle ciego
y que desencadenó un goshting
que apestaba a ruptura.
Poco influían
en su patología
las innumerables noches de jarana
durante los años que pasó en Madrid
buscándose la vida como músico
y trasegando cubatas a destajo,
eso sí,
con refrescos 0,0.
La culpable fui yo…
¡Manda cojones!
#SafeCreative Mina Cb
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
martes, 2 de septiembre de 2025
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario