TESA
Tesa la salamanquesa
quiso subir a la mesa
para comerse el helado
que la niña había olvidado.
Se fue acercando a la pata
y resbalaba ¡qué lata!
El carpintero aprendiz
dio demasiado barniz
y tantas veces trepaba
tantas veces patinaba.
La cosa iba siendo urgente
porque el gato repelente
que vivía en la mansión
había entrado en acción
y pretendía al coleto
echarse un menú completo:
primero salamanquesa,
después helado de fresa
y luego, como un rajá,
buena siesta en el sofá.
Pero Tesa, pizpireta,
había urdido una treta
y apenas la zarpa vio
rápida se deslizó
hasta dentro de un zapato,
sacando la lengua al gato
que se lanzó saltarín
a roer el mocasín.
“¡Menudo estruendo! ¿Qué pasa?”
dijo el dueño de la casa
y apareció en el salón:
el zapato hecho un jirón
el gato maullando y Tesa
subiendo rauda a la mesa.
Al minino, que es minina,
le cayó una regañina
y ahora purga su pillaje
encerrado en el garaje
mientras Tesa, tras la cena,
duerme con la tripa llena.
#SafeCreative Mina Cb
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
sábado, 17 de agosto de 2024
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