sábado, 31 de agosto de 2024


 

EL PLAN DE MARTA

Mi amiga Marta tiene un plan. Se separó hace un par de años y pactó la custodia compartida, o sea que se queda libre semana sí semana no. Como ya se le ha pasado el disgusto de haber descubierto a su ex con la profe de yoga, ha urdido un plan que es mitad liberación mitad venganza. Y es que ha creado un grupo de padres alternativo al que ya tenían en donde ha metido a todos los separados, divorciados y solteros que conoce en el colegio. Y ha propuesto una forma de acercamiento para aquellos que estén por la labor de tener una aventura, pero no tengan claro quién se encuentra también en disponibilidad.

Para ello ha ideado una estrategia que consiste en que aquellos o aquellas que deseen establecer contactos lleven a los niños o niñas al colegio con una prenda de color verde pistacho. Algo visible, no valen unos calcetines o unas bragas. De ese modo será fácil establecer contacto visual con posibles interesados y decidir en un primer vistazo si quieres o no ir más lejos. En caso afirmativo, el paso siguiente consiste en añadir al día siguiente al equipamiento escolar de la criatura un elemento fucsia. Si a ti te gusta una madre y ves que su hijo va de verde pistacho como el tuyo y al día siguiente los dos llevan un elemento fucsia sabes que te puedes acercar. Pero si la segunda mañana solo uno de los peques cumple las dos características tendrás claro que la otra parte no es receptiva a tus deseos. Y así te evitarás un chasco.

Por último, y en caso de que se dé la feliz coincidencia, el acercamiento se llevaría a cabo al tercer día y del siguiente modo: A los elementos anteriores se añadiría una bolsa de papel llena de naranjas que en este caso llevaría mujer la mujer y que dejaría caer graciosamente, cual escena de comedia romántica americana, al cruzarse con el interfecto y siempre en el interior del centro educativo. De este modo, el mancebo habría de agacharse para auxiliarla y se produciría un mágico cruce de miradas al que podría seguir un beso de tornillo, las frutas aún esparcidas por el suelo, ambos ya en pie apoyados en un muro y con las pelvis bien arrimaditas, todo a la vista del alumnado. Una cosa muy romántica y didáctica que más tarde los profesores podrían comentar en clase con los chicos y chicas. Y que ya de paso, por una vez y para variar, contaría con la particularidad de que la charlotada no se produjera en la sala de ventas de un supermercado.

Y ahí es donde viene lo de la venganza, porque Marta pertenece al gremio cajeril y está hasta el moñito de tanto meme y tanta tontería. Que dice que llevan desde lo del papel higiénico sin dejar de aguantar gilipolleces.

#SafeCreative Mina Cb

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