EL AMOR
A saber, pensé. Que, si partimos de la base de la educación del heteropatriarcado, quien inicia el diálogo es el tío rebotado, que lo mismo luego cuelga la foto en Instagram, y luego ella (aún es ella y no elle o ellx), que reconoce el lugar porque fue donde se besaron por primera vez, acude allí y escribe la respuesta, en tono próximo al rosado en contraposición con el azul del mensaje primigenio, y añadiendo el cándido detalle de los dos corazoncitos, uno sobre la “i” y el otro ocupando el espacio de la “o”.
Aunque también, claro, puede tratarse de la situación contraria, esto es, una chavalita de armas tomar que se cansó de tanta tontería, garabateó el grafitti y luego pasó él, lloroso y taciturno, y anotó su tímida respuesta aun sabiendo de que de nada iba a servir.
Asimismo, puede haberse dado el caso de una parejita de igual género en la que a uno de los dos (de verdad que me da mucha pereza usar el inclusivo) se le fue la cosa un poco de las manos y el otro se largó a buscar oxígeno tras dejar esta impronta cuya respuesta sería grabada sobre el mismo muro.
O ya, rizando el rizo, puede ser obra de dos adultos hechos y derechos que andan a los cuarentaytantos como en la edad del pavo y que, por la cosa de hacerse los modernos, al tiempo que se vengan han establecido este críptico diálogo sobre un trozo de yeso.
Pero vamos, que sea como sea, e independientemente de géneros, edades o tendencias, la cosa es que, tanto móvil, tanta red y tanta inteligencia artificial, pero lo que sigue gobernando las emociones del ser humano es un principio tan simple y tan antiguo como el del amor.
Y ojalá que nos dure…
#SafeCreative Mina Cb
Cuentos, poemas, historias... Soy Inma y os propongo que hagamos un club de cuentistas. Con imaginación. Con ilusión. Con esperanza. Un club donde pasar el tiempo, donde evadirse... Donde jugar a ser otro.
sábado, 11 de mayo de 2024
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